Nuestro guía nos pasa a buscar temprano por la mañana y empezamos a recorrer los 83 kilómetros que separan El Calafate del Parque Nacional Los Glaciares, hacia el sur, para visitar el ventisquero más imponente del planeta: el Perito Moreno. El Parque Nacional ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por UNESCO en el año 1981, ocupa una superficie total de 724.000 hectáreas y se encuentra en una zona de transición, donde conviven especies típicas del bosque con las características de la estepa patagónica.
A la luz del otoño, el bosque se despliega en tonos intensos que oscilan entre el amarillo dorado y el rojo ciruela, donde águilas moras y patos de los torrentes conviven con guanacos y huemules. Miles de años atrás, el paisaje estaba cubierto por glaciares que dieron forma a las montañas con su avance, al excavar valles entre las laderas rocosas. El cambio climático que fue reduciendo las superficies heladas debido al aumento de las temperaturas determinó la formación de grandes lagos y las laderas se cubrieron de bosques. Algunos grupos humanos de cazadores ocuparon estas tierras alimentándose de guanacos y empleaban para cazarlos rocas con las que confeccionaban armas; los vestigios de estos antepasados datan de 9.000 años atrás.
El glaciar Perito Moreno debe su nombre al científico y explorador argentino Francisco Pascasio Moreno, quien con 21 años llegó a la Patagonia en el año 1873 con el propósito de estudiar la geografía e historia de la región. Seducido por esta tierra solitaria, regresó una y otra vez en varias expediciones hasta que en el año 1896 debido a sus conocimientos fue designado perito de la comisión limítrofe entre Argentina y Chile. Gracias a su solvencia académica, Argentina logró retener 1800 leguas cuadradas de tierra; su dedicación a esta región del país se reconoce en el nombre del glaciar, bautizado de esta manera en su honor.
A medida que el bosque se hace más intenso en la costa del lago Argentino, la presencia del glaciar puede insinuarse en algún estruendo provocado por un proceso de ruptura que dará lugar a témpanos de hielo de tamaño diverso, según la magnitud del fenómeno. El glaciar, en constante e imperceptible movimiento, en algún momento llega a tapar la corriente de agua llamada Brazo Rico del lago Argentino, que va a elevar su nivel y así generar una presión considerable sobre la enorme masa de hielo formando un arco natural. Con el paso del tiempo y la pérdida gradual de masa el arco se irá debilitando, hasta que el resquebrajamiento provocará la caída sobre la superficie del agua con un estruendo que se amplifica con el eco que se produce entre las montañas: el espectáculo atrae en la época en que se produce a miles de turistas.
En nuestro caso, al girar por la llamada Curva de los Suspiros nos encontramos con una vista que enmudece a los visitantes: la increíble superficie cubierta de hielo se extiende hasta el horizonte, fundiéndose con las montañas nevadas. Es difícil describir lo indescriptible, porque el glaciar tiene la superficie aproximada de la ciudad de Buenos Aires, un frente que mide 5 kilómetros y unos 60 metros de altura sobre el nivel del agua: literalmente, deja sin palabras a quien lo contempla.
Antes de emprender la caminata por las pasarelas que lo circundan abordamos un catamarán que nos traslada hasta las cercanías de la pared sur: el frío no impide el traslado a cubierta para contemplar los colores plata y azul del glaciar, cuya inmensa superficie se asemeja por la forma a una fantástica ciudad de hielo. Aproximadamente durante una hora el catamarán se desplaza por las aguas heladas frente a este espectacular despliegue de belleza natural; después, durante más de dos horas recorreremos las pasarelas para contemplarlo desde tierra, respetuosamente, una y otra vez.
El Chaltén es una pequeña villa que se encuentra en el Parque Nacional Los Glaciares a la que se accede por vía terrestre desde El Calafate, distante algo más de 200 kilómetros. Salimos temprano por la mañana y con una parada intermedia en La Leona, histórico paraje por el que anduvo nada menos que el perito Francisco Moreno siendo atacado por una hembra de puma o leona patagónica, seguimos viaje hasta la entrada al Parque Nacional.
La guardaparque es amable en sus explicaciones pero específica respecto del cuidado y respeto hacia la naturaleza que los visitantes deben ejercer en cada acción que desarrollen; una vez que nos instruyen acerca de los senderos que podemos recorrer, la dificultad que presenta cada uno y el tiempo aproximado entre ida y vuelta para aquellos que regresamos el mismo día, nos entregan un mapa y nos dan vía libre hasta las 18 horas.
Ya es casi mediodía y recorremos el pequeño pueblo por su calle principal; en temporada baja muchos comercios se encuentran cerrados pero encontramos un acogedor lugar para tomar un café y comer un alfajor antes de comenzar nuestro recorrido. En Chalteños su dueño nos recibe cordialmente y nos cuenta que la villa comenzó a crecer de la mano del asfalto de la carretera desde El Calafate siete años atrás: a partir de ese momento turistas de todo el mundo comenzaron a arribar atraídos por la naturaleza, los deportes como trekking y alpinismo y el aire puro que se respira en el lugar. Los servicios debieron multiplicarse y así fueron llegando a El Chaltén nuevos pobladores, atraídos por la incipiente pujanza que hoy resulta evidente.
El pueblo se encuentra circundado por el río de las Vueltas y custodiado por la silueta maciza del monte Fitz Roy o Chaltén, como lo llamaban los habitantes originarios: en lengua tehuelche significa «montaña que humea» debido a las nubes que rodean la cumbre. Con sus poco más de 3.400 metros constituye un desafío para los escaladores debido a la dificultad extrema de su topografía, porque el viento incesante que azota las lajas casi verticales de sus paredes se ha cobrado más de una vida. Pero nosotros haremos un recorrido corto y mucho menos riesgoso, bordeando el río de las Vueltas hasta arribar luego de una caminata de tres kilómetros a una cascada escondida en el bosque. mientras espiamos el Fitz Roy cada vez que se deja ver en el cielo que se va despejando.
El Chorrillo del Salto
El sendero comienza a las afueras del pueblo, bordeando el río de las Vueltas para adentrarse en un bosque de tonos verdosos matizado por la sinfonía de colores del otoño. El aire es puro y limpio e invita a profundizar la respiración, hay puentes sobre el agua que parecen de cuento de hadas y una vista fabulosa producto del contraste entre el río y las montañas. Y en el medio del silencio se percibe el rumor del agua y del bosque, como un mantra.
El Chorrillo del Salto es una cascada, cuyo origen se debe a una laguna que al bajar por las montañas nevadas y toparse con una depresión natural configura una pequeña catarata de agua helada que se derrama sobre la vegetación colorida, conformando un remanso de paz sólo interrumpida por las voces de los visitantes. Las rocas del entorno invitan a tomar asiento, beber agua para paliar la sed motivada por el recorrido y luego emprender el regreso sin prisa por los acogedores senderos del bosque.
Tres horas después de comenzar el recorrido arribamos al pueblo, con tiempo suficiente para almorzar y, antes de dirigirnos a la terminal para abordar el autobús de regreso, visitar la pequeña Capilla de los Exploradores, erigida frente a la pared de roca conocida como «mirador de los cóndores». Lamentablemente se encontraba cerrada, pero frente al pequeño templo cumplí la petición de Adriana: formular una oración en su nombre. Y mientras contemplaba la majestuosidad de la montaña, el mismo día en que mi papá hubiera cumplido 84 años, elevé una plegaria a su querida memoria.
Gracias por llevarme a pasear por esos lugares.
Gracias a ti por la visita, Melba.
Un cariño grande desde Ushuaia.
Me llega con aires de glaciales hermosos.
Emocionante viaje, he disfrutado leyéndolo.
Gracias por la visita, Eva. Me alegra que hayas disfrutado,
Un abrazo para ti, esta vez desde Ushuaia.
Hola Bella Espíritu, me hiciste viajar con la imaginación, hasta frío me dio, jajaja, muy bien narrado, nos transportas a esos bellos lugares.
Abrazos de luz
Gracias por tu visita, Ser un ser de luz. Pues si has sentido hasta el frío, has interpretado a la perfección todo lo que quería transmitir 🙂
Un cariño enorme para ti y para mi México lindo, desde Ushuaia.
¡Qué hermoso viaje!, se me antojó ir allá.
Abrazo de luz desde México.
Hola, gracias por el texto.. Puedes ayudarme con una cosa? estoy en duda si voy o no em 21 a 28 de mayo por el invierno, tengo miedo de los parques estarem cerrados.. que piensas?
Gracias por tu visita, Michele. En esa fecha aún es otoño y los parques están siempre abiertos, pero el clima es impredecible. Nosotros llegamos hoy y no llovió casi, la semana anterior había llovido y en abril nevó… Sólo ten previsión con la ropa, de abrigo pero en capas. y térmica. Pero los parques no cierran, tienen guardaparques todo el año.
Un saludo para ti desde Argentina.
bell@, te vuelvo a leer una vez más, y es como si hubiera regresado personalmente a esos preciosos parajes 15 años después. En las jornadas previas a su cumpleaños 80, el Parque Nacional Los Glaciares ha tenido la enorme fortuna de contar con una cronista DE LUJO. Gracias por el disfrute y Feliz Cumpleaños a esos hielos eternos. Un cálido abrazo
Gracias por tu visita, mi querida Jo. Te agradezco enormemente todos los consejos acerca de los lugares a visitar y el entusiasmo que se desprendía de tus palabras. La belleza de estos parajes es indescriptible, la fortuna ha sido mía por poder conocerlos.
Un abrazo enorme y buen viaje.
¡Que bello viaje! Disfruten mucho y llenen los pulmones de aire puro. Abrazo.
Gracias por tu visita y tus palabras, Marta.
Otro abrazo para ti, ya desde casa 🙂
¡A programar otro viaje! Cariños.
Reblogueó esto en Ace Friends & Bloggers News.
como siempre con muy buena información y una buena descripción, gracias por compartir
Gracias por tu visita, Garabatos 🙂
es un placer amigo un placer
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Acostumbro cada tarde buscar articulos para pasar un buen rato leyendo y de esta forma he localizado vuestra web. La verdad me ha gustado el articulo y pienso volver para seguir pasando buenos ratos.
Gracias por tu visita, Fontanero en Murcia. Cuando quieras, eres muy bienvenido.