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La primera expedición portuguesa arribó a Ilhabela en el año 1502, con Américo Vespucio y Gonzalo Coelho al frente. Era el día de San Sebastián y entonces decidieron homenajearlo bautizando con su nombre a la isla así como a la tierra situada enfrente, en el continente.
En el siglo XIX los habitantes de la isla pelearon su emancipación de tierra firme y en el año 1806 nació Vila Bela da Princesa, que se convirtió en uno de los mayores centros productores de café de Brasil. La crisis de 1929 alcanzó a la isla y fue anexada nuevamente al municipio de San Sebastián porque el gobierno estadual determinó que ya no era rentable económicamente.
La revuelta popular no se hizo esperar y el poder central devolvió a Vila Bela su condición de municipio, hasta que en el año 1945 adoptó su nombre definitivo. La Vila ha quedado reducida hoy al centro histórico que se erige con la Iglesia Matriz como eje principal, rodeada de prósperos locales comerciales situados frente al puerto de cruceros.
Ilhabela es una isla de notable belleza, codiciada por su clima y por los servicios turísticos de primera calidad que ofrece a los visitantes. Los personajes más encumbrados del país han fijado residencia veraniega y arriban en temporada alta más de 130 cruceros. Elegantes comercios que conservan la fachada original cuidadosamente reciclados, múltiples ofertas gastronómicas y espectáculos artísticos al aire libre para transcurrir el tiempo luego de las horas de playa, son algunas de las opciones que ofrece este rincón bendito de Brasil.
En jeep a Castelhanos
Los habitantes caiçaras de la isla se sustentan a la manera de sus antepasados, con la pesca y algunas artesanías; residen en Castelhanos, en pequeñas comunidades que habitan a la orilla del mar rodeadas de la geografía exuberante propia de la región. No cuentan con electricidad así que las actividades siguen el ritmo de las horas diurnas; por la noche la luna y las estrellas iluminan la inmensidad del paisaje.
Para arribar a Castelhanos hay que atravesar el morro ingresando previamente al Parque Estadual Ilhabela, reserva natural cuyo acceso se encuentra controlado a fin de evitar la depredación del medio ambiente. El jeep de la agencia de turismo resulta necesario debido a la tracción del motor; no es fácil internarse por la carretera pedregosa rodeada de bosque y precipicio y ascender hasta llegar a los 700 metros sobre el nivel del mar, para luego iniciar el descenso despacio, entre vertientes de agua y vegetación frondosa.
La playa agreste se extiende ante nuestros ojos asombrados y caminamos despacio por la arena desde un extremo al otro; el chofer nos ha contado que hasta estas costas llegó el pirata Tomás Cavendish, uno de los favoritos de la reina de Inglaterra, también naufragó el barco con los obsequios que el Príncipe de Asturias enviaba al gobierno argentino allá por 1916. Y siglos atrás otras embarcaciones arribaban con su cargamento de sufrimiento y agonía: los esclavos destinados a las fazendas regaron con su sangre parte de esta tierra, tal como lo testimonian las construcciones halladas entre la vegetación, que incluyen un improvisado cementerio.
La idea original era quedarnos a dormir en alguna de las casitas que se alquilan; no hay establecimientos comerciales donde alojarse debido al control estricto sobre las construcciones, reservadas para los habitantes originarios. Pero el pronóstico predice lluvia y entonces no se podría retornar hasta que el tiempo mejore; optamos por almorzar pescado grillado luego de tomar como aperitivo lulas (rabas) acompañadas con unas caipirinhas, con excepción del jugo de sandía y limón que elijo para mí.
Y antes que se produzca el éxodo de turistas que han llegado más tarde en los jeeps de otras empresas, emprendemos el regreso atravesando el morro nuevamente. Se escucha cantar a las aves y el grito de algún mono entre los árboles de color verde diverso: el sonido de la naturaleza nos acompaña mientras nos despedimos de Castelhanos.
Lluvia en la isla
El día despunta nublado en Ilhabela, el aire presagia tormenta y desayunamos tardíamente en la galería cubierta de la acogedora casa de Mauricio. Al mediodía la lluvia se despliega con toda su potencia y nos dirigimos hacia el norte de la isla, admirando el mar color gris que contrasta con los colores de los veleros atracados en los muelles.
Los morros esconden entre su follaje fincas majestuosas en construcciones que ganan terreno a la naturaleza, para dominar desde la altura una vista imponente. Algunas tienen ascensor en el garage para varios automóviles desde el que ascienden a la parte principal de la casa, casi todas las residencias son veraniegas y pertenecen a ciudadanos paulistas que buscan tranquilidad y reserva en este paraíso insular.
La Vila nos recibe en el Centro Cultural para admirar las obras de arte de los artistas locales: pinturas, esculturas y grabados que en gran parte recrean la geografía lugareña y los mosaicos característicos de la artesanía de la zona. Los artesanatos son espacios de diseño y decoración amplios, en los que resulta difícil decidirse por una pieza en particular dado el buen gusto y calidad que despliegan.
La lluvia no es óbice para recorrer algunos comercios y elegir productos cosméticos en Empório do Mar, donde los aromas de jabones, cremas y velas resultan irresistibles; por la tarde se impone una parada en Ponto das Letras, librería y cafetería favorita de locales y extranjeros que se dedican a la lectura en alguna de las mesas desde las que se avista el mar.
No hay más sonidos que el de la lluvia y las aves en la casa de Mauricio; en el aire, el olor a limpio de la vegetación se expande por las puertas abiertas y oxigena el alma, como corolario de nuestra maravillosa estancia en Ilhabela.
Premio Wonderful Team Member Readership Award
Hola Bella Espíritu, eres uno de mis lectores favoritos y por ello desde el mío: https://aquevineadondevoy.wordpress.com Te he nominado para el premio Wonderful Team Member Readership Award de WordPress, encontrarás la nominación en este post:
https://aquevineadondevoy.wordpress.com/2014/09/12/noe-fue-hijo-de-un-elohim-anunnaki-enki-y-por-eso-se-salvo-del-diluvio/
Como ya sabes, esta nominación implica algunas reglas, que verás ahí mismo. Saludos afectuosos y buena suerte
Gracias nuevamente, Ser un ser de Luz, por tu generosidad al nominar mi blog nuevamente. En cuanto regrese a la vida cotidiana me interiorizaré acerca de las reglas a cumplir.
Un saludo afectuoso para ti, desde Buenos Aires.
Hola! Queria comentarte que en http://psicologiaenmente.wordpress.com/2014/09/28/nominaciones-buenas-bonitas-y-baratas/ te he nominado tanto al PREMIO EXCELLENCE como al WONDERFUL TEAM AWARDS, porque te lo mereces y realmente me interesa todo lo que publicas!
Hasta pronto!
Gracias por tu visita, Nuria, y por tus amables consideraciones. Es un honor que hayas pensado en mi hogar virtual por partida doble.
Un saludo afectuoso para ti desde Buenos Aires
Por el contenido de tu blog, por tu buen hacer y por tu dedicación, para que nos podamos dar a conocer entre nosotros y que cada vez seamos más los que compartimos las artes y las inquietudes que cada uno tenemos, te he nominado para uno de los premios que puedes ver en este enlace: http://plumayluz.wordpress.com/2014/09/26/agradeciendo-los-premios-mas-vale-tarde/
Podrás elegir solo uno de ellos, el que más te agrade, y así poder continuar con la cadena de premios y de esta forma dar eco a lo que hacemos, siempre y cuando tengas tiempo, claro, o te apetezca hacerlo, por supuesto.
Por lo tanto, ¡Felicidades! y ¡Enhorabuena!
Un abrazo.
Gracias por tu distinción, Pluma y Luz, y disculpa la tardanza en responder, pero tu comentario estaba en la cola de Spam y recién lo he visto hoy¡¡¡ Así que en breve elegiré entre uno de los premios y obraré en consecuencia.
Un abrazo para ti.
que lindo lugar el que describis, yo voy a una playa en Brasil que se llama Praia da Cima, tambien bastante alejada de lo comercial y turistico. Conozco muchos lugares perdidos en Brasil a los que un dia quisiera volver! Ademas ame Emporio do mar, entre a la pagina y me enamore de los jabones. Un beso grande, que sigas disfrutando!
Gracias por tu visita, Estelita. No conozco Praia da Cima, Brasil tiene lugares maravillosos en su enorme geografía; la vida es corta para todos los sitios que debemos conocer.
Empório do Mar es un comercio fragante, creo que sólo está en Ilhabela.
Un beso desde Buenos Aires