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La existencia de las personas se compone de una serie de experiencias que se desarrollan casi sin que nos demos cuenta, porque la vida va transcurriendo mientras estamos inmersos en la cotidianeidad. En ese transcurso hay eventos que sobresalen por su carácter extraordinario y cambian por sí solos la manera de estar en el mundo; son pocos, dejan huella y generalmente representan un salto evolutivo porque marcan un antes y un después en la vida del ser humano.
La maternidad es uno de esos acontecimientos, tal vez el más trascendente que puede experimentar una mujer. Desde el punto de vista metafísico representa un voto de cuidado respecto del hijo y energéticamente ambos estarán unidos de manera indisoluble, ya que la criatura integra el aura materna más allá de ser engendrado en el cuerpo de la madre. En los primeros años el niño aprehenderá creencias, mandatos y concepciones que desarrollará el adulto por venir, y la maternidad es una enorme responsabilidad porque determina las relaciones que ha de construir el hijo como reflejo de lo que ha vivido en su infancia.
La función de los padres es ayudarlo a trascender lo aprehendido para forjar su propio yo. No es fácil, porque el amor no tiene que ver con el ego: el amor es generoso y el ego es posesivo, coarta y retiene para evitar sufrir o perder. El desafío más grande que el amor materno plantea es el de dejar ser al hijo lo que éste quiera ser más allá de las preferencias, gustos o deseos de sus progenitores, aún si las elecciones que libremente escoja contradicen aquello que sería adecuado según la opinión de los padres.
Porque más allá del cuidado del cuerpo físico y del amor que integra ese cuidado, lo cierto es que es difícil aceptar que no sabemos nada porque ni siquiera podemos aseverar lo que resulta bueno para nosotros mismos; mucho menos, entonces, podemos decidir lo que está bien para otro, aún cuando ese otro sea un hijo hoy adulto que comienza a dar sus primeros pasos en la construcción de su propia vida. Aunque en nuestro fuero íntimo lo veamos aún como la criatura pequeña con expresión inocente que inmortaliza la fotografía, cuya existencia dependía exclusivamente de nuestro amor.
Inspira esta reflexión un acontecimiento trascendente para la familia, porque nuestro hijo ha ingresado en un organismo público luego de dar examen de idoneidad y el lunes comienza su ciclo laboral, con las obligaciones que ello conlleva más allá de su alegría por haber cumplido el objetivo y por el sueldo a percibir que implica el comienzo de la independencia económica. Cumplir cabalmente con el trabajo, construir relaciones en el ámbito laboral que no siempre son fáciles y hacerse cargo de la responsabilidad pertinente son desafíos para quien hasta ayer era un adolescente despreocupado.
Bienvenido al mundo adulto, hijo querido.
Nombres y magos
El nombre del viento. Crónica del asesino de reyes: primer día es la primera novela de la trilogía de Patrick Rothfuss, docente de filología y lengua de la Universidad de Wisconsin. El libro tuvo un enorme éxito y el escritor ha sido comparado con J. R. R. Tolkien y J.K. Rowling dado el escenario en el que se desarrolla el primer día de la historia, un mundo fantástico donde Kvothe es un mago legendario que se ha ocultado en una posada bajo el seudónimo Kote para resguardar su verdadera identidad. Un escritor al que se identifica como el Cronista lo rastrea y logra convencerlo de relatar su historia; Kote accede con una única condición: el relato se extenderá durante tres días.
Kvothe niño es un pequeño feliz que crece rodeado del amor de sus padres, integrantes de una troupe de artistas itinerantes. Un día su camino se cruza con Abenthy, mago y arcanista que conoce el secreto nombre del viento y al descubrir en el niño poderes naturales se convierte en su maestro, brindándole las herramientas mágicas y espirituales que serán su sostén en los duros años por venir. Cuando sus padres son asesinados el mundo cambia dolorosamente para Kvothe, quien debe aprender a sobrevivir en las calles de la ciudad de Tarbean desarrollando dotes de bardo, gracias a su habilidad con el laúd.
Pero Kvothe tiene un objetivo que se convierte en el norte de su vida: estudiar en la Universidad. Pese a la pobreza logra ingresar en la casa de estudios porque sabe que su destino, conforme las enseñanzas de su maestro, es conocer el nombre secreto de las cosas. Pero no todo es como se imagina y la experiencia lo llevará por senderos diferentes a los que había idealizado, profundizando sus conocimientos sobre la magia y también conectándolo con la parte oscura de su propia naturaleza.
El nombre del viento es una novela lenta y pausada que construye con pequeños detalles el mundo de fantasía en el que se desarrolla, hasta el punto que en algún momento se concibe como real; un libro para leer con paciencia, prestando atención a la cadencia del relato y a los pensamientos, sentimientos y emociones del protagonista. El segundo volumen de la saga, El temor de un hombre sabio, aún no forma parte de mi biblioteca y es una deuda pendiente que pretendo saldar pronto: la historia del arcanista es una de las más originales a las que he tenido acceso.
Argán cosmético y capilar
La argania spinosa es una planta originaria del desierto marroquí; también se la puede encontrar en el oeste de Argelia. En español su nombre es argán, produce frutos pequeños que contienen dos o tres semillas ricas en aceite y ha ocupado en Marruecos el lugar del olivo como recurso natural, siendo utilizado como forraje, madera, petróleo y alimento.
El aceite de argán ha sido la base de la cultura berebere y las mujeres lo han empleado tanto para el cuidado de la piel como del cabello por sus poderosos ingredientes naturales, que sirven tanto para combatir la resequedad producto del clima del desierto como para paliar las huellas de enfermedades eruptivas y quemaduras.
En lo que concierne al cuidado capilar, el aceite de argán otorga brillo al cabello debido a su alto contenido de ácidos linoleico y oleico y aporta un alto contenido de nutrientes que revitalizan el cuero cabelludo. La multiplicidad de sus propiedades le ha valido el apodo de “oro líquido de Marruecos” y las marcas cosméticas han lanzado en los últimos años productos basados en el aceite de argán, aunque bueno es señalar que no todos incluyen en la fórmula la proporción adecuada para que surta el efecto esperado.
Agadir Argan Oil cuenta con un tratamiento en spray acondicionador hidratante y suavizante que aporta brillo, con aceite de argán puro. Puede aplicarse aún empleando planchas o secadores y promete un notable efecto sobre el pelo seco o dañado. Conjuntamente con el spray se obsequian dos muestras de Hair Treatment, que aduna al aceite de argán la vitamina E para lograr un producto ultra enriquecido que se aplica con el pelo húmedo luego del lavado. Aunque en color y textura resulta similar a Orofluido, el resultado es altamente superior y la línea Agadir Argán Oil es una de las mejores que he utilizado; como broche de oro, huele a esencia de vainilla perfumada.
Buen día, bell@ mientras leía las primeras líneas de tu entrada de hoy, además de emocionarme, recordaba a ese pequeño de la foto y una vez más no puedo dejar de conmoverme ante el avance fragoroso, impertinente e inconmensurablemente ¿rápido? del tiempo. Felicitaciones a ese hijo. Y MUY bienvenido a esta parte del camino. BUEN SÁBADO PARA TOD@S
Gracias por tus palabras, Jo. Sí que el tiempo avanza sin pedir permiso, pero lo importante es la manera en que lo vamos viviendo y seguir aprendiendo día a día.
Gracias por tus felicitaciones a nuestro adulto niño y buen fin de semana para ti también.
Buen dia, hoy me desperté sintiéndome rara, el dolor de un viejo duelo no elaborado llego después de la clase de yoga de anoche y se quedo. Hice los ejercicios matutinos, respiré, me hidraté, le escribí una carta a mi abuela muerta, y con lágrimas en los ojos, baje a la cocina, allí me encontré con mi hijo, mi niño que es un hombre y le dije necesito un abrazo, pero de los largos, y…. me abrazo.
Gracias por tu aporte, Fer. El abrazo del hijo hombre es una retribución a todos aquellos abrazos al hijo niño.
Muy hermoso!!!! qué preciosas palabras para hablar de la maternidad. Me gusta mucho el toque espiritual que le das a tus palabras. 🙂 Bendiciones
Gracias por tu apreciación, Zuri. Bendiciones para ti también.
Hola Bell@, ayer comencé a leer el post y por razones ajenas a mi debí suspender la lectura, hoy la retomé desde el inicio y tus palabras sobre la maternidad me volvieron a emocionar. Yo estoy aun “disfrutando” de la primera etapa de crianza, y aunque mas de una vez se me torna agotador, toda la energía, alegría y vigor lo devuelve una sonrisa, un abrazo de las manos regordetas de mis retoños, una palabra dulce.La maternidad, como bien dices, es un antes y un después que te cambia para siempre, el milagro de la vida que no tiene precio. Felicidades a tu hijo, pequeño gran hombre que se incorpora a este fantástico mundo adulto…aunque para vos siempre será tu pequeño!
Buena sugerencia el libro, para tener en cuenta, me interesa la trilogía, incluso tal vez regale el primero a una jovencita fanática de la lectura! un cálido saludo para ti en este día especial.
Gracias por tu visita, Kari. La maternidad tiene etapas diferentes, cada una con distintos matices y sí, también resulta agotadora en un punto. Creo que con más de un hijo ha de ser complicado, pero es una opinión basada en experiencias ajenas.
Gracias también por las felicitaciones al hombrecito.
El libro es interesante para adolescentes también, pero no está dirigido a ese público como otras sagas específicas.
Un saludo para ti también en este día.
Que hermosa foto del niño!
Me reía al leer el comentario de Kari, porque yo también comencé a leer el post anoche y por razones relacionadas a la maternidad, culminé hoy la lectura!
A las mujeres se nos ha encomendado el maravilloso servicio de recibir un alma. Nuestro cuerpo es el canal para la expresión de la divinidad en el mundo material y durante toda la vida de nuestro hijo,los cuidados y el amor de su mamá son su mayor alimento espiritual y actúan benéficamente sobre su karma. Es una tarea dichosa!
Creo que es muy lindo compartir nuestras experiencias como madres, reirnos y acompañarnos, tanto después de una noche sin dormir, y en momentos como este donde se celebran logros. Exitos para él en este nuevo sendero!
“Que el eterno sol te ilumine,
que el amor te rodee y la luz pura interior
guíe siempre tu camino”.
Gracias por tus consideraciones, Vero. La maternidad es un voto precisamente por ser la madre un canal para el alma que llega al mundo, de ahí la responsabilidad.
Y las noches sin dormir y las buenas noticias son las dos facetas de ese ejercicio de responsabilidad.
Gracias de nuevo por la oración.
Sin ser la única, creo que el hecho de ser padre es una opotunidad de auto descubrimiento y crecimiento que nos da la vida. Amar incondicionalmente, saber respetar la individualidad y el derecho de elegir que tenemos los seres humanos, dejar ir lo que más consideras tuyo. La lucha como padres para cortar con la carga heredada que nosotros mismos llevamos y darles la oportunidad de la libertad ´por la que solo ellos decidirán luchar para conseguirla o no. Me ha gustado mucho tu post y muchas gracias por haber pasado por el mío; saludos y hasta pronto.
Gracias por tu visita, Sagitario00. Coincido con tus consideraciones, somos progenitores para evolucionar como seres humanos, porque nos enfrentamos a nuestras propias creencias y mandatos así como a la necesidad de soltar con generosidad. Menudo trabajo.
Saludos para ti, eres muy bienvenid@.