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La palabra entropía proviene del griego y significa evolución o transformación. En termodinámica es una magnitud física que determina la parte de la energía que no puede utilizarse para producir trabajo. En teoría de la información, entropía es la cantidad de información que contienen los símbolos que se emplean: si utilizamos como ejemplo las palabras, «que» es un vocablo que casi no aporta información en una oración, «niño» en cambio, aporta información suficiente en un texto determinado. Así los símbolos (palabras) menos frecuentes son los que aportan en definitiva mayor información y generan entonces menos entropía.
También se entiende por entropía la medida del desorden de un sistema y aplicado a la comunicación, significa la incertidumbre o desorden ante un conjunto de mensajes dirigidos hacia el receptor, de los cuales sólo recibirá uno; el resto es energía que se pierde y no se utiliza para un resultado fructífero, como en termodinámica. En base a este concepto es que me puse a cavilar respecto de una cena de mujeres a la que fui invitada, en la que el ritmo de las conversaciones entabladas tuvo carácter entrópico por la exigua cantidad de información y el desorden en los planteos a causa del parloteo incesante.
Arribo a esta conclusión a causa de la reflexión posterior, por cuanto mientras me encontraba en el lugar sentí que era un esfuerzo adaptarme a las conversaciones simultáneas y a los temas que se abordaban, ya que apenas comenzaban a plantearse una de las comensales respondía con otra cuestión que se desarrollaba por unos minutos, hasta que nuevamente era interrumpida y así durante el transcurso de la reunión. Un diálogo en el que se escucha al otro, al contrario, es aquel en el que las palabras se receptan y se procesan, para que la devolución al emisor no sea una respuesta automática dada por un receptor que aborda otro tema, obteniendo como resultado una compilación de datos inconexos que no configuran información.
Me acosté tarde y con una sensación de cansancio originada en algo más que el transcurso de las horas, debido al desorden en el diálogo y al esfuerzo por compilar datos simultáneos. Y concluyo que es necesario preservarse de reuniones sociales de esta naturaleza, en las que el caos en la comunicación y la consiguiente entropía indefectiblemente redundan en pérdida de nuestra valiosa energía interior.
Rostro y manos en primer plano
El ácido hialurónico es un polisacárido de textura viscosa que se concentra en los seres humanos en las articulaciones, los cartílagos y la piel y posee la capacidad de retener agua en un porcentaje miles de veces superior a su peso. También estimula la producción de colágeno, de ahí su uso cosmético como material de relleno para la piel a fin de alisar arrugas, contornear labios y pómulos y reducir cicatrices de enfermedades cutáneas como el acné.
Con el paso del tiempo, no sólo las células pierden la capacidad de producción del ácido hialurónico, sino que también disminuye su peso porque mengua consecuentemente la capacidad de retener agua. De allí su empleo en medicina estética como material de implantes y rellenos, y ha ganado popularidad en tal sentido en los últimos años por resultar compatible con todos los tejidos, por ende no se necesita prueba cutánea previa para su aplicación.
Claro que no todas las personas están dispuestas a pasar por las molestias que implican los pinchazos en el rostro, y las marcas de belleza también incluyen ácido hialurónico en sus productos. Si bien el efecto que logra un relleno o una aplicación directa en la dermis no va a lograrse con una crema o loción tópica, el empleo externo también puede lograr mejoras en el aspecto de la piel. Mi mamá me ha obsequiado este producto de Reino, un fluído humectante con acido hialuronico y pantenol que aumenta la capacidad de absorción de humedad de la piel y brinda tonicidad. Hay que emplear muy poca cantidad y su empleo constante redunda en una piel luminosa y con aspecto satinado.
En una larga espera en el aeropuerto Jorge Newbery, mientras daba vueltas hasta aguardar el momento de acceder a otro vuelo dado que había perdido el que tenía previsto, descubrí en el shopping los productos de Belén Couso y no pude resistir la tentación de adquirir su línea antibacterial que prometía oler como un «volcán de dulce de leche». He testeado la crema para manos hidratante humectante con vitamina E, que contiene microesferas de proteínas de seda que se dispersan gradualmente para prolongar su acción. El aroma es dulce y sabroso pero no llega a empalagar y la textura sobre la piel de las manos es muy agradable.
Estreno en verde Netzach
Quien haya incursionado en el plano metafísico de la evolución espiritual habrá visto por sí mismo que el método o camino elegido debe adecuarse al temperamento y practicarse con disciplina y voluntad. No resulta aconsejable dar vueltas por un sistema y otro porque se corre el riesgo de una lectura desenfrenada y superficial, que no conducirá en definitiva a una elevación de la conciencia. Con todo, es muy probable que al principio la persona se deslumbre e incursiones en varias opciones, pero con el transcurso del tiempo la selección se impone para no padecer una factible confusión.
El sendero de la Kabaláh o Árbol de la vida es uno de los más completos, atractivos y difíciles de los que he transitado, pero se corresponde con nuestro modo de pensar occidental en que es esencialmente monoteísta, porque las potencias que clasifica son mensajeros de Dios y plantea un gobierno centralizado en el Cosmos bajo el dominio de la Ley Divina. El simbolismo del Árbol puede aplicarse a muchas culturas y tradiciones diferentes y cada esfera o Sephirah implica una manifestación de la deidad a la que le corresponde un color determinado.
Así, el Sephirah Netzach representa la fuerza de la Naturaleza, manifestada por Isis en Egipto, Afrodita en Grecia, Freya entre los nórdicos o Cerridwen entre los celtas. En todas ellas se advierte que es una deidad femenina y su Esfera, conforme lo que encarna, es la de Venus. Su imagen mágica es la de una hermosa mujer desnuda y su experiencia espiritual la belleza triunfante. La carta del tarot que le corresponde son los sietes y su color el verde, en sus versiones esmeralda o amarillo brillante. Netzach representa el lado instintivo y emocional de la naturaleza y al artista creador que hay en nosotros.
Los colores no son solamente manifestaciones lumínicas sino que conllevan energías vibratorias. El verde es el color de la naturaleza y significa armonía, crecimiento y frescura; para el invierno que se acerca he elegido este cálido sweater en tonos verdes. Para conectar con la creadora interna y la intuición, a imagen y semejanza de la potestad creadora de la Madre Naturaleza.
adoro los productos de Belen Couso! Estuve con ella misma hace 10 dias, es una divina! quedamos en hacer una nota para el blog, sus productos son hermosos. Ella misma me regalo un alcohol en gel de frutilla que adore! Nos vimos en Puro Diseño, un placer! Que bueno lo que decis del acido hialuronico de Reino. Nunca probe nada de la marca, es cuestion de empezar! Buen finde, y respecto de los delineadores de Rimmel London, siiii compralos! te deje la respuesta en mi blog, besote.
Gracias por tus datos, Estelita. Esperaré leer tu nota en Mujeres bellas y sanas, tengo un alcohol en gel también de dulce de leche de Belén Couso y con el tiempo escribiré un post sobre el producto.
Reino es una marca que tiene cremas interesantes, los cosméticos, en cambio, fueron probados por mi hermana y no le dieron buen resultado.
Gracias por tu respuesta sobre el delineador, la leí en tu blog, buen fin de semana para ti
Interesante tu post, muy bien desarrollado el concepto de entropia y las relaciones cosmogónicas y religiosas. Gracias por compartir, saludos, Aquileana 😀
Gracias por tu visita, Aquileana. Bienvenida al blog y hasta pronto, un saludo para ti.
Hola!! me encantó como desarrollas el tema alrededor de entropia. A medida que leía recordaba situaciones comunicacionales en las que he sentido que todos hablamos diferentes idiomas, por el grado de resumen y desconexión de los comentarios, y básicamente por egoísmo que guarda cada uno, como si lo más importante fuera decir y que sea escuchada la frase, la palabra y no que sea exteriorizado un mensaje, un punto de vista o un deseo para ser compartido o no, pero que nos conecte con el otro, y claro: Agota y frustra, con lo cual estoy muy atenta,`porque estos episodios están muy lejos de ayudarnos a evolucionar.
Gracias por tu comentario, Fer. Es importante para mí tener en cuenta en lo cotidiano el concepto de entropía, porque nos ahorra situaciones como la que narré. Coincido con que el egocentrismo que nos hace ignorar al otro, tiene mucho que ver en la comunicación que no es tal. Y claro, egocentrismo y evolución son antagónicos.
Un saludo para ti.
Muy interesante Bella tu desarrollo del concepto de entropía… y muy ciertas tus conclusiones respecto del desgaste de energía en algunas conversaciones y reuniones sociales y/o de trabajo… para analizar y analizarse.
La elección de los colores lo tomo con seriedad, me encanta el color, y es una parte tan importante de nuestra vida…todo tiene color, y muchas veces nuestro estado de ánimo se refleja en los colores que elegimos para vestirnos y rodearnos. Hay un librito, pequeño,muy interesante sobre los colores y los números de L.Hay que indica que cada color vibra en su propia energía, por ejemplo, el verde se corresponde con el número 4, la palabra «práctico» y la esmeralda o el jade.Además es uno de mis colores preferidos, igual que el rosa.
Gracias por tu visita, Kari. El concepto de entropía es muy útil para internalizar y estar atentas en el momento en que sentimos que nos estamos vaciando de energía, para poner un freno y apartarnos de lo que fuera que lo provoca.
No sabía sobre el libro de Louise Hay sobre colores y números, gracias por el dato.
Buen domingo para ti.