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Archivos mensuales: abril 2014

De Cayambe a Otavalo, el Palacio de Carondelet, la Virgen del Panecillo

30 Miércoles Abr 2014

Posted by bellaespiritu in Tierras lejanas

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Capilla de la Concepción, Catedral de Quito, Cayambe, Museo de la Ciudad, Otavalo, Palacio de Carondelet, Sagrario, Virgen del Panecillo

Mercado de OtavaloMuy temprano por la mañana Nancy, nuestra guía en esta oportunidad, nos pasa a retirar por el hotel. Junto a seis personas más de diversas nacionalidades emprendemos el viaje hacia Otavalo, la población situada en la provincia de Imbapura que concentra el mercado más grande del Ecuador, especializado en textiles. Mientras avanzamos hacia el primer destino que nos deparará la ruta, la ciudad de Cayambe, llamada así por el volcán homónimo que lo custodia, Nancy nos cuenta algunas particularidades de la comunidad que habita en esta zona del Ecuador: celebran en el solsticio la fiesta del Inti Raimi en homenaje al sol para agradecer por la cosecha del maíz, son agricultores y se dedican al cultivo de las flores, sobre todo de las rosas. Y se especializan en la elaboración de bizcochos artesanales y otras delicias gastronómicas.

Antes de llegar a Cayambe visitamos el Proyecto Quitsato, a cargo de una ONG que estudia la cosmovisión vinculada a los conocimientos astronómicos que poseían las comunidades indígenas, y ha llegado a la conclusión que lograron establecer la latitud 0 a partir de la ubicación de las montañas mediante un reloj calendario solar de piedra conformado como una estrella de ocho puntas. De la réplica construída por esta ONG y configurada como la que utilizaran los antiguos habitantes se vale el guía para explicanos que Ecuador, cuyo nombre deriva de Equator y significa equidad, se diferencia de otros puntos de la Tierra también atravesados por la latitud 0 en que cuenta con puntos fijos para su medición como son las montañas, en cambio otros países por su geografía no permiten establecer con certeza dicha referencia. La posición geográfica de Ecuador permite la observación de la totalidad de la bóveda celeste, siendo Isabela, una de las islas que componen el archipiélago de las Galápagos, el mejor lugar del país para apreciarla en plenitud. Y esta ventaja geográfica sumada a la cosmovisión indígena habría sido determinante para los conocimientos astronómicos que desarrollaron y que esta ONG reivindica con su labor.

Llegamos a Cayambe y pasamos por la plaza del pueblo, en cuyo centro se erige una estatua que en nada se asemeja a las emplazadas en homenaje a algún prócer: aquí el honor lo tiene un simpático personaje llamado Uma, similar a un diablo por su fisonomía y con dos caras, como el dios Jano. Es una figura respetada y en el pasado los guerreros de las comunidades luchaban entre sí para representar a Uma en las festividades. Nancy nos cuenta que veremos mujeres vestidas de manera diferente a las cholas, en esta región emplean una larga falda negra, blusas blancas bordadas y encima un chal también de color negro que cruzan sobre un solo hombro, adornando sus cuellos con vistosos collares dorados.

Pero llega el momento de degustar los famosos bizcochos, y lo haremos en un lugar donde también podemos ver la elaboración, desde la masa estirada a mano y luego moldeada por cuatro hombres que le dan forma bizcocho por bizcocho hasta el horneado a leña y las bandejas en los que son servidos con café o chocolate. También probamos queso de hoja, unos riquísimos rollitos de muzzarella que se cocinaron previamente en hoja de banano, y quesadillas dulces. Luego de esta opípara parada nos dirigimos hacia el lago San Pablo para contemplar la belleza de este espejo de agua, tomamos unas fotos y seguimos camino.

Finalmente arribamos a Otavalo y el mercado que se extiende por la plaza central y se pierde en las travesías aledañas comienza a desplegarse ante nuestros ojos. En la plaza se concentran los artesanos textiles y hasta pueden verse  algunos de los dueños de los puestos en el proceso de tejer a mano, son muy amables y enseguida regatean el precio si notan alguna vacilación en el comprador. Hay lindísimos chales de alpaca, bufandas y cálidos ponchos, abrigos y gorros para niños, cinturones, bolsos, rastras y un sinfín de colores y de modelos; hay collares hechos con semillas y también se encuentran los dorados típicos de la vestimenta de las mujeres así como las faldas y blusas que visten.

También hay en las calles aledañas productos no tan artesanales y artesanos no tan autóctonos, como suele ocurrir con los mercados que son muy visitados por los lugareños y los turistas. Compramos algunos recuerdos y nos sentamos a descansar en un pequeño bar mientras miramos pasar la gente y se escucha hablar en todos los idiomas. El vehículo que nos traslada empieza a quedar pequeño ante las bolsas y paquetes de todos; un simpático turista de Estados Unidos porta un bolso típico de gran tamaño que compró para llevar la gran cantidad de productos que ha adquirido.

De regreso nos detenemos en Cotacachi para visitar los locales de venta de artículos de cuero en los que se especializan los habitantes de esta ciudad, una larga calle con negocios que se suceden ininterrumpidamente y donde concurren tanto turistas como mayoristas que se abastecen para vender en otras regiones de Ecuador. Damos una vuelta y nos sentamos frente a la plaza a tomar un jugo de mora en un café cultural muy simpático; Nancy se extraña porque no hemos comprado nada y le explicamos sobre la calidad del cuero argentino y la excelencia de sus diseños. Con Juan recordamos que tuvimos la misma impresión en Turquía que es también un país productor de artículos de cuero, cuando visitamos uno de sus establecimientos de elaboración y venta si bien había algunas prendas que nos gustaban, es muy difícil sentirse deslumbrado como para justificar una compra ante la comparación con los productos de cuero de nuestro país.

La fotografía, tomada por Juan, corresponde a uno de los encantadores puestos del colorido mercado de Otavalo.

El Palacio, el Museo de la Ciudad y más iglesias

Palacio de CarondeletEn la mañana del domingo la Plaza Central de Quito es una fiesta. Abril es el Mes Internacional de la Danza y el Ballet Latinoamericano Calpañan, de Bolivia, presente junto a otros colectivos musicales pertenecientes a Perú y a Ecuador, es el primero en interpretar una colorida danza en las puertas de la Catedral. Los colores alegres, los giros típicos y unas curiosas figuras que evocan a algún diablo autóctono actúan frente a una multitud que los aplaude entusiasmada.

Mientras aguardamos nuestro turno para realizar la visita guiada al Palacio Presidencial ingresamos a la Iglesia de El Sagrario en el momento justo pues está terminando la misa, y la próxima será al aire libre en la plaza de San Francisco debido al día de los cuatro Papas. El Sagrario es una iglesia florida, porque todos sus altares se encuentran adornados con flores, y barroca por sus repujadas columnas y altares, con una mampara obra de Bernardo de Legarda. El 95 % de la población ecuatoriana es católica, así que pese a la gran cantidad de iglesias y capillas en todas hay fieles rezando, máxime en un domingo tan especial. Y no sólo concurren a los templos, sino que la fe se advierte en la devoción con que rezan, se confiesan, cantan y llevan a sus niños desde muy temprana edad.

Damos una vuelta más y nos topamos con la Capilla del Monasterio de Inmaculada Concepción, el primero de esta ciudad fundado en el año 1575. Se avista el altar con la Virgen del Cisne rodeada de una guirnalda de luz, pero antes de llegar la talla de una doncella crucificada me llama la atención, ya que en ningún templo he visto a una mujer en la cruz. También tenermos suerte, recién concluye la misa y podemos recorrer la capilla sin prisa y entonces veo a un señor que está acomodando los bancos y me acerco a preguntarle sobre la joven mártir: es Santa Liberata, me cuenta, que en el S. II murió crucificada por orden de su padre por haberse convertido al cristianismo.

Dejamos a Santa Liberata y hacemos la fila para ingresar luego de varios controles al Palacio Presidencial en compañía de Cristian, nuestro guía, y pasamos ante los Granaderos de Tarqui apostados en la puerta principal; antes de comenzar la recorrida nos toman una fotografía por grupo familiar que nos obsequiarán al concluir la visita como recuerdo y ya subimos las escaleras hacia el primer piso, desde donde se aprecia una magnífica vista de la Plaza Central. El edificio de estilo colonial, con galerías y amplios patios internos con fuentes, comenzó a construirse hacia el año 1600 y demoró 300 años hasta quedar concluído; fue emplazado en ese lugar porque alrededor se encontraban rodeando la plaza los principales organismos gubernamentales y religiosos de la época. Hacia 1800  Francisco Luis Héctor, V barón de Carondelet le da a la construcción su aire definitivo y de allí toma el nombre con que se le conoce.

Pasamos al salón de reuniones de gabinete, iluminado con grandes arañas traídas especialmente desde Perú y con sillas de cuero talladas para los ministros, destacándose el asiento presidencial porque tiene grabado el escudo nacional. Un pequeño oratorio decorado con tallas de artistas anónimos de la famosa Escuela de Arte quiteña del S. XVII es el lugar donde todos los lunes a las 8 de la mañana se dicta misa para los funcionarios, y asiste también el Presidente si está en el lugar. A continuación hay un gran salón para eventos sociales decorado con arañas traídas especialmente desde Francia y realizadas en cristal de Baccarat como ilustra la fotografía, donde se exhiben los regalos que ha recibido el actual mandatario Rafael Correa, quien a diferencia de sus predecesores ha decidido que pertenecen al pueblo ecuatoriano y no a la persona del gobernante y quedarán en el edificio una vez concluya su mandato. Hay obsequios muy bellos de todas partes del mundo, entre ellos la Orden del Libertador San Martín que le otorgara el gobierno argentino. Las hermosas flores que engalanan la gran mesa así como todas las que ornan el Palacio de Carondelet son naturales: Ecuador es el primer productor de flores a nivel mundial; para muestra, desde este país se enviaron 42.000 rosas a Roma para la conmemoración del histórico día de los cuatro Papas.

Finalmente la visita concluye en el Salón de los Presidentes, el más importante, que se encuentra tapizado con los cuadros de los presidentes constitucionales del país, donde se entregan credenciales diplomáticas y se llevan adelante los cambios de ministros, ruedas de prensa, visitas de gobernantes extranjeros y todo otro acto de relevancia institucional. Al concluir descendemos la escalera por otra ala del edificio, decorada con un mural del maestro Oswaldo Guayasamín realizado con ayuda de su discípulo Osvaldo Vitelli que recrea el descubrimiento del río Amazonas, dedicado a los 3000 indígenas ecuatorianos que perdieron la vida en la expedición organizada por Gonzalo Pizarro y Francisco de Orellana.

Una parada en el Palacio Arzobispal para comer unos sandwiches y seguimos camino al Museo de la Ciudad, que se emplaza en el monumental edificio que supera los 10.000 metros cuadrados del antiguo Hospital San Juan de Dios, la edificación civil más antigua de Quito que data de 1565 y atendió como hospital hasta 1974. Cuenta con una exposición permanente sobre la historia de la ciudad y con exposiciones itinerantes, nosotros tendremos oportunidad de visitar la denominada “Alma Mía”.

Las antiguas salas del hospital han sido acondicionadas para ofrecer a los visitantes, en primer lugar, un recorrido dividido en tres bloques históricos, que abarcan aspectos sociales, políticos y culturales de la vida de los habitantes de Quito. Así pasamos a la sala que refleja la vida de las sociedades antiguas, que se remonta a 3500 años atrás, donde los habitantes originarios se abastecían directamente de la naturaleza mediante la agricultura, la caza y la elaboración de los artefactos, establecidos sobre una organización social igualitaria que se  modificaría drásticamente con la llegada de los colonizadores.

La exposición sobre el régimen colonial se centra en el proceso de mestizaje e imposición de intercambio de prácticas culturales así como en la nueva organización economica, durante los años 1535 a 1600, término en el que se asentó la colonización española. Es muy interesante la recreación de espacios con elementos similares a los de la época: cocinas, pulpería y hasta un entramado de árboles que significa la naturaleza antes de la colonización, dan una idea de la forma de vida de una manera dinámica. Con la llegada del Iluminismo en el S. XVIII en Quito se desarrolló una gran producción de artesanos y artistas que plasmaron en sus obras las costumbres cotidianas, las cuales fueron descriptas por los extranjeros que visitaban la ciudad; algunas de estas obras y descripciones se encuentran en el museo. Finalmente ingresamos en la sala dedicada a las luchas por la independencia y la construcción de un orden social igualitario, donde se pueden apreciar las referencias a la organización de la república y a la lucha por los derechos de las comunidades indígenas.

“Alma Mía” es una muestra itinerante centrada en el indígena y la esencia del alma nacional en el período comprendido entre 1900/1930: música, vestimenta, ritos y costumbres se plasman en cuadros y fotografías de coleccionistas particulares y en algunas preciosas piezas de cerámica decoradas con referencias a las costumbres cotidianas. Hay también pinturas que dan cuenta de las duras condiciones de vida de los indígenas a comienzos del s. XX y hay bellos paisajes de Víctor Mideros pintados al comienzo de su carrera artística. Resulta curiosa la posición adoptada por el pintor, ya que renegaría de estas obras por considerar que no tenían el impacto moral que buscó reflejar con el transcurso del tiempo, recuperando el espíritu religioso de la Escuela Quiteña del s. XVII.

En tal sentido se puede ver la obra de Mideros sobre Mariana de Jesús, una santa ecuatoriana que utilizaba látigos, cilicios y pequeños chalecos con púas en el interior para mortificar su carne (que se encuentran expuestos y no resulta muy agradable imaginar su efecto sobre el cuerpo humano). Mideros buscaba reconvertir al sector femenino liberal para que dejara de lado su idea de confrontar al poder patriarcal masculino, reclamando más presencia en la vida pública para las mujeres. A tal fin, creía que el ejemplo de Mariana de Jesús sería un modelo a seguir; la vista de los verdaderos elementos de tortura que empleaba esta religiosa contra sí misma me llevaron a concluir que Mideros debería haber elegido otro camino para tratar de disuadir a las mujeres ecuatorianas.

El Presidente, la Virgen del Panecillo y la Catedral

Virgen del PanecilloEs nuestro último día en este bello país y nos dirigimos nuevamente a la Plaza de la Independencia ya que todos los lunes a las 11 horas se puede asistir al cambio de guardia de los Granaderos de Tarqui, responsables de la custodia presidencial. Es una ceremonia a la que asiste en persona el jefe de Estado desde el balcón del palacio de Carondelet, pero los comentarios en la plaza aluden a que estará presente el Vicepresidente Jorge Glas, ya que el primer mandatario debía retornar aún de Ciudad del Vaticano. Sin embargo, luego de la aparición del citado acompañado de su esposa y del redoble de tambores que anuncia el comienzo de la ceremonia, asoma un hombre alto y carismático y la plaza estalla en aplausos: Rafael Correa está a cincuenta metros de nosotros.

La ceremonia de cambio de guardia se desarrolla en los dos pisos de Carondelet así como en la plaza en sí, se entonan las estrofas del himno y una canción patria; el Presidente saluda incansablemente desde el balcón, arroja besos y agita las manos hacia todo aquel que lo saluda. Mientras Juan toma fotos me ubico al lado de unas entusiastas señoras y les pregunto si Correa no tiene esposa ya que no está acompañado. No, me responden, todas las mujeres ecuatorianas somos sus esposas, nos hace quedar tan bien en el mundo, lo queremos tanto; y vuelven a agitar sus manos al grito de ¡Rafael! ¡Rafael! para atraer su atención una vez más.

Dejamos a las entusiastas damas cuando concluye la ceremonia, ya que tomaremos el bus turistico para subir a El Panecillo, un cerro alto que domina la ciudad y debe el nombre a su forma de pan pequeño; así fue bautizado por los españoles ya que los indígenas lo llamaban Yavirac y celebrabran allí ceremonias en homenaje al Sol. Allí se encuentra emplazada desde 1975 la escultura de aluminio más alta del mundo, la Virgen de El Panecillo, obra del español Agustín de Herrán Matorras, quien tomó como modelo a la Virgen del Cisne de Bernardo de Legarda.

La vista panorámica de la ciudad desde el mirador es espectacular, y al subir las escaleras interiores del monumento la perspectiva nos deja sin aliento: todo Quito se expande ante nuestros ojos en el esplendor de su extensión y su paisaje. También visitamos el museo que se encuentra en el interior, donde se encuentran diversas reproducciones latinoamericanas de los pesebres que se arman para la época navideña así como una completa descripción de las costumbres de cada país para celebrar Navidad. La referencia a Argentina alude también a la tradición de Papá Noel, ya que es el único de los países de América Latina que ha adoptado este personaje propio de los países del norte.

El paseo en el bus turístico abarca la zona norte y centro de Quito, donde se encuentra el Centro Histórico, así que después de tantos días de andar nos dejamos llevar por la narración que describe las particularidades de cada barrio. Casi tres horas después descendemos a la altura de la Iglesia de la Compañia de Jesús, llueve en Quito y decidimos recorrer la Catedral y visitar el Museo que alberga. Encontramos varias salas que contienen mitras, estolas y capas pluviales bordadas a mano utilizadas por los sacerdotes, bellísimos  frontales de metal tallado que se utilizan para adornar el altar en días festivos, algunas esculturas de Jesús y de la Virgen, cálices, custodias (pieza de oro o metal precioso donde se coloca la hostia luego de la consagración) y pinturas religiosas.

Ingresamos en la Catedral por una puerta lateral que conduce a uno de los altares de los corredores laterales, dedicado a Santa Gertrudis; de allí nos dirigimos a la capilla que guarda los restos del Mariscal Sucre y luego recorremos el interior de la nave central. La particularidad de las pinturas que la decoran se encuentra en que los artistas plasmaron la vida de Cristo con un fondo geográfico ecuatoriano; en la escena de la tentación, un diablo con cuernos se acerca a Jesús en un paisaje propio de la Amazonía, en tanto que en el siguiente paisaje se advierte la geografía quiteña, con los volcanes que rodean la ciudad.

Es tiempo de tomar un chocolate en la Ronda y luego volver al hotel Real Audiencia a abocarse a la complicada tarea de armar la maleta. Estamos en la suite Manuela Saenz, llamada así en homenaje a la valiente compañera de Simón Bolívar, una mujer evolucionada e independiente que incluso lo salvó de un intento de asesinato. Mientras escribo estas líneas no tengo más que un sentimiento de agradecimiento por los días vividos en este adorable país. Llevaré conmigo tantos recuerdos: la amabilidad de su gente que no me canso de destacar, la tradición histórico-cultural que tanto cuidan, el respeto a sus culturas originarias, las cosmovisiones indígenas plenas de sabiduría, el legado y el compromiso con la humanidad del maestro Guayasamín. Y la inmensa belleza de la Amazonía ecuatoriana, imposible de describir con palabras y que ha quedado grabada en mis sentidos y en mi corazón.

Excursión a Gualaceo y Chordeleg, de museo en museo por Cuenca, la Capilla del Hombre y el Museo del Alabado

26 Sábado Abr 2014

Posted by bellaespiritu in Tierras lejanas

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Capilla del Hombre, Centro Cultural Prohibido, Chordeleg, Gualaceo, Museo del Alabado, Museos de Cuenca, orquideas, Oswaldo Guayasamín

EcuageneraAndrés, nuestro guía, nos viene a buscar por la mañana al hotel para emprender el viaje a los pueblos cercanos de Gualaceo y Chordeleg; partimos en compañía de dos matrimonios ecuatorianos y Marcelo, también hospedado en Los Balcones, un simpático profesor jubilado de la Universidad de Salamanca quiteño de nacimiento y español por adopción.

Gualaceo significa “donde el río se calma” en el idioma de la cultura cañari, habitantes originarios de esta zona del Ecuador que fueron invadidos por los incas. Andrés nos explica que así como la vestimenta de la chola cuencana es alegre y plena de colores, no sucede lo mismo con los cañaris, que aún siguen vistiendo luto por los ataques a su pueblo. También nos cuenta que el atuendo de las cholas, por su diversidad y calidad, cuesta aproximadamente 700 dólares; con estos datos nos dirigimos a La casa de la Makana, donde siguen elaborando a la manera ancestral el proceso de tejido en telar de la makana, chal típico de la cultura cañari.

Nos recibe Doña Anita y asistimos a la preparación del hilado primero y de la coloración con fibras naturales después respecto de las piezas más pequeñas, ya que las de mayor volumen como las mantas son tejidas en telares antiguos. Doña Anita es toda una celebridad y las bellas creaciones de su taller fueron empleadas por Salma Hayek en la película “Frida”; una conocida duquesa española también ha lucido algunos de estos artesanales chales. No es para menos: las makanas bordadas a mano se despliegan como mantillas y el proceso de elaboración puede oscilar entre cinco días y cuatro meses aproximadamente, dependiendo de la complejidad del diseño.

De allí seguimos camino a un increíble vivero productor de 2.559 especies de orquídeas de las 4.500 que existen en Ecuador llamado Ecuagenera. Recorremos este increíble lugar, con un mágico jardín cubierto con un puente y cascadas, donde podemos observar extrañas especies de esta hermosa flor como el arturio negro y la orquídea de la flor de Cristo; también sentimos el aroma de algunas, reconociendo el chocolate, el coco, la menta y hasta el Chanel Nº 5. Este espacio magnífico que la fotografía revela en parte, me recuerda a la tierra de los elfos imaginada por Tolkien.

Hacemos una parada en la plaza del pueblo y nos sentamos bajo las galerías a comer una quesadilla y tomar rosero, un fresco jugo espeso de frutas con maíz, antes de seguir camino a Chordeleg, que en el idioma de los cañaris significa “caracol de oro”. Aquí se elaboran artesanalmente joyas de oro y plata con la técnica del filigranado, entre las que se destacan las candongas, los aros que lucen las cholas y reproducen en su diseño al sol y a la luna.

Allí visitamos el Museo de la Municipalidad de Chordeleg, donde se encuentran en exposición una candonga de gran tamaño, cerámica y vasijas de la cultura cañari y varios sombreros de los llamados panamá, que en realidad son originarios del pueblo ecuatoriano de Jipijapa y luego fueron adaptados en diseño y tamaño con la llegada de los científicos geodésicos. Como comenzaron a exportarse a Estados Unidos vía Panamá adoptaron el nombre de ese país, en tanto que la cinta de color que los circunda se originó en el Mississippi, donde se colocaban en los sombreros de los inmigrantes para identificar su origen.

Después de compartir un almuerzo con todo el grupo retornamos a Cuenca, caminamos un rato por el centro histórico y nos sentamos en un café llamado Frutilado a tomar una merienda reparadora. Es tiempo de volver al hotel a descansar, después de haber compartido un día alegre con gente amable en el que aprendimos algo de la historia de la cultura originaria de esta bella región ecuatoriana.

Cuenca y sus museos

Museo del ProhibidoLa ciudad de Cuenca cuenta con universidad, centros culturales, exposiciones y hasta una Bienal; en este despliegue de actividades culturales no es de extrañar encontrar una pluralidad de museos. Nos dirigimos a la Calle Larga que concentra la mayoría de las salas de exposición, y en la Galería Paredes visitamos el Museo del Sombrero de Paja Toquilla, donde se puede asistir a la elaboración de estos artesanales implementos. Cuentan con varios tamaños conforme al diámetro de la cabeza de cada uno y para ello hay unas hormas similares a las que se emplean en zapatería, pero de forma circular; es un sitio tradicional de la ciudad ya que la familia Paredes se ha ocupado de la fabricación de los famosos sombreros desde hace varias décadas.

Alejándonos unas calles por la Calle Larga en sentido inverso encontramos el original Prohibido Centro Cultural, que es también la casa del artista Eduardo Moscoso, donde comenzó a exponer sus obras hace dieciseis años ya que fue rechazado y prohibido en los circuitos tradicionales de la ciudad. De ahí el nombre de este Centro Cultural que se ha convertido en un lugar de referencia donde se dictan conferencias y también se puede asistir a espectáculos musicales en vivo. De hecho, estaba prevista para ese día la conferencia “Arqueología prohibida”, a cargo de un ufólogo.

A poco de recorrer se avizora el motivo de la prohibición: en una sociedad tradicionalmente católica como Cuenca la obra de Moscoso no sólo debe percibirse como provocativa, sino que debe resultar hasta herética. Hay tallas de vírgenes con expresión provocadora conteniendo un niño a punto de dar a luz en su interior; hay un originalísimo Cristo con su cuerpo torturado por la crucifixión que con gesto decidido rompe con un movimiento de manos y rodilla el madero, como registra la fotografía. Y también hay un cuadro de San La Muerte, osamentas y calaveras (tal vez más de las necesarias), gárgolas y monstruos e imágenes pictóricas de una mujer oscura y de expresión cruel que tortura jovencitas, emulando a la famosa Condesa Sangrienta, cuya historia puede conocerse en el libro Mujeres Perversas de la Historia de Susana Castellanos.

Concluímos nuestro recorrido por este espacio peculiar con impresiones diversas: a Juan no le gustó demasiado, a mí me pareció cheverísimo, como dicen aquí. Y es que si bien algunas creaciones del autor por demasiado explícitas pueden resultar chocantes, la originalidad del mensaje y su insolencia al desafiar el orden establecido merecen un aplauso: no todos los artistas se animan a graficar en sus obras los instintos sombríos y oscuros del alma humana.

Café reparador de por medio llegamos al Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares donde veremos una colorida exposición de obras de varios países latinoamericanos, algo de España y también de Estados Unidos. Encontramos algunas creaciones de artesanos argentinos, casi todos originarios del norte de nuestro país; las oriundas de México merecen una mención especial por su originalidad y colorido. Firmamos el libro de huéspedes y seguimos caminando hasta las ruinas de Pumapungo, casi al final de la Calle Larga.

Pumapungo significa en inca “Puerta del puma”, las ruinas son vestigios de la construcción en terrazas típicas de los incas luego de su victoria sobre los cañaris, me recuerdan a Machu Picchu por su arquitectura; al lado se encuentra el Museo del Banco Central al que no ingresamos por el horario: son casi las tres de la tarde y se impone almorzar. Elegimos el precioso restaurant El maíz que elabora comida típica ecuatoriana con esta planta que simboliza el espíritu de la tierra para las almas originarias de la región. Elijo una bebida exquisita que sirven bien fría, se llama yaguana de mamá y está compuesta por jugo de mora, manzana y especias entre las que se destaca la canela. Antes de irnos conversamos con la dueña, una amabilísima señora que nos regala postales y nos cuenta algo más de la historia de esta sorprendente ciudad.

Antes de prepararnos para partir llegamos a visitar el pequeño Museo Agustín Landívar situado al lado de las Ruinas de Todos los Santos, también vestigios de la invasión inca sobre los cañaris y luego de la colonización española; recorremos luego el espacio interior donde se exhibe una muestra de artesanías de varios países latinoamericanos. Por último y pese al cansancio, ingresamos al Museo de las Culturas Aborígenes, una impresionante exposición dividida en salas dedicada a los 15.000 años del aborigen ecuatoriano, donde se encuentran piezas que abarcan desde la edad de piedra hasta llegar a la época de los metales, con un completo informe de la ubicación geográfica y la historia de cada cultura.

Finalmente la lluvia nos sorprende ya en el centro de la ciudad. Mientras esperamos en silencio viendo pasar la gente desde Tutto Freddo, un bar de helados y delicias dulces, la imagen del bellísimo Cristo de la Catedral Nueva irrumpe en mi mente. Y recuerdo el Sagrado Corazón a flor de piel y las manos abiertas irradiando amor, en contraste con el Nazareno de Moscoso, rebelado ante su destino de Redentor de la humanidad. Hijo de Dios e Hijo del Hombre, luz y sombra, como cada uno de nosotros.

La Capilla de Guayasamín y el Museo del Alabado

Capilla del HombreEstamos en Quito, ya en la última etapa de nuestro viaje, y dedicaremos varias horas a un ecuatoriano que resulta orgullo para su país y para la humanidad. Oswaldo Guayasamín nació en el barrio La Tola, en Quito, el 6 de julio de 1919 y fue el primero de los diez hijos de un matrimonio trabajador, con una infancia signada por la pobreza. No obstante la oposición paterna ingresa en la Escuela de Bellas Artes y su talento natural lo catapulta a la fama por las increíbles imágenes de diversos rostros que plasma en sus lienzos. Muy pronto la pintura se convierte en la herramienta que emplea para denunciar la pobreza, la injusticia y la violencia desplegadas contra los pobres, los niños, los negros y sus ancestros indios; más tarde sus rostros denunciarán las crueldades de las guerras, las dictaduras latinoamericanas y los abusos de los poderosos.

En 1944 realiza un viaje desde México hasta la Patagonia, dedicándose a estudiar las expresiones de los rostros que luego pinta en una serie de 103 cuadros: Huacayñan, en kichwa “Camino del llanto”, resulta un alegato sobre el destino de los desposeídos latinoamericanos. Luego llegarán “La edad de la ira”, entre 1964 y 1984, para reflejar los horrores de la guerra civil española, los nazis, los campos de concentración, Vietnam y los genocidios latinoamericanos. “La edad de la ternura” graficará un homenaje a su madre tempranamente fallecida, y en ella a todas las madres del mundo.

En el año 1996 comienza en Quito su obra cúlmine, “La Capilla del Hombre“, un descomunal espacio arquitectónico para rendir homenaje al ser humano, especialmente al pueblo latinoamericano y su lucha contra la colonización, el sometimiento y las dictaduras; el artista falleció el 10 de marzo de 1999 sin ver concluída la obra, que se inauguró en 2002 en la primera fase y ha sido declarado por la UNESCO proyecto prioritario para la cultura. Soy incapaz de describir la obra de Guayasamín porque no puede medirse con la razón sino con el corazón. Basta con decir que esos rostros esbozados, desgarrados, torturados y olvidados provocan un profundo desconsuelo, una sensación de opresión en el pecho que nubla la vista y cierra la garganta.

En el mismo lugar en que se emplaza La Capilla del Hombre se encuentra la bellísima casa en la que este maestro vivió sus últimos 20 años en soledad, y donde se encuentra enterrado bajo un árbol que simboliza el axis mundi, el árbol de la vida que homenajearon sus ancestros indios. Durante la visita se pueden ver las pinturas que coleccionaba y que tapizan todas las paredes de la casa, hasta el enorme cuarto de baño: Picasso, Chagall, Benedetti, Castagnino. El estudio-taller se encuentra de la misma manera que lo dejó al morir, y entre las obras exhibidas hay un retrato del ángel de la guitarra, Paco de Lucía.

Asistimos a la proyección de un video que plasma el momento en que Guayasamín pinta a un sonriente Paco, mientras describe su rostro y las sensaciones que siente ante los acordes de la guitarra del músico. Y entonces con una espátula y un poco de pintura se produce el milagro, y los trazos desiguales van dando forma al rostro del artista y el genio creador culmina su labor. Otro momento inolvidable para adicionar a los que Guayasamín me ha brindado en este día, y no alcanzan, reitero, las palabras, para dar gracias por la obra de este hombre extraordinario, que empleó su don para hacer visibles a los que han sido silenciados durante siglos.

Luego de un almuerzo en el Centro Histórico, enfilamos hacia la Casa del Alabado, el Museo de Arte Precolombino que cuenta con más de 5000 piezas que dan cuenta de la historia de las culturas ecuatorianas, desde los lejanos Valdivia hasta los Incas. Estructurado en salas que describen la cosmogonía de los antiguos habitantes, con sus concepciones de los tres mundos, del axis mundi y de la fuerza creativa y cíclica de la Naturaleza, a la que el ser humano imitaba transformando creativamente los elementos de la tierra mediante el poder basado en la fuerza espiritual. Es muy interesante toda la descripción del rol de los chamanes como mensajeros entre los mundos, responsables de la comunicación con los espíritus superiores empleando a tal fin animales como la serpiente y piedras como la obsidiana, así como portales naturales como cavernas, lagunas y cuevas.

Un recorrido impactante por las cosmovisiones sabias de estos pueblos originarios, exhibidas en un edificio que es una obra de arte en sí mismo por su organización, arquitectura y diseño. Y otro recuerdo para atesorar de esta ciudad increíble, que depara nuevas sorpresas a medida que se va recorriendo.

Navegando el río Napo, Sani Warmi y Limoncocha, Santa Ana de los Cuatro Ríos de Cuenca

23 Miércoles Abr 2014

Posted by bellaespiritu in Tierras lejanas

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Cuenca, Limoncocha, río Napo, Sani Warmi, Tagaeri y Taromenane

Dolphin LodgeEl día comienza muy temprano por las múltiples actividades programadas y porque los mejores momentos para avistar aves y fauna son por la mañana y por la tarde; al mediodía los animales también descansan por el calor. La canoa nos trasladará por el Napo hasta la zona de aguas negras, así llamada por los sedimentos, el agua de lluvia y las hojas que caen de las plantas y que, al descomponerse, contribuyen a formar el color té oscuro del agua que contrasta con el más claro del río.

Paciencia y silencio son las dos recomendaciones del guía para que los animales se muestren. El primer ejemplar que aparece es el delfín rosado, que a diferencia de su pariente marino tiene el torso maleable en lugar de compacto, entonces no necesita elevarse del agua para conseguir alimento y asoma displicente la cabeza en el comienzo de las aguas negras donde reside. A poco de avanzar, los nidos colgantes de las oropéndolas se dejan ver mientras escuchamos el sonido ululante de la voz del macho buscando cortejo.

Una mariposa color azul francia pasa en vuelo rasante, vuela bajo porque también es de sexo masculino, las hembras no tienen ese tono porque el macho necesita que lo puedan observar desde lo alto para aparearse. Es de la especie de mariposas Morfo, porque quien las descubrió llegó a la conclusión de que sólo en brazos de Morfeo podía imaginarse un color tan bello.

Entre aullidos de monos y avistajes de cormoranes y halcones llegamos al Amazon Dolphine Lodge, momento plasmado en la fotografía, donde descansaremos del trayecto de casi dos horas y caminaremos por el bosque oscuro para luego almorzar, por la tarde nos espera Panacocha, el lago de las pirañas. Estoy adormilada y le pregunto a Félix al respecto, ya que sólo me he dedicado a desayunar y a mirar el verde Amazonas: verde seco, verde oscuro, verde esmeralda, verde oliva. Es por el silencio, me dice, el ritmo de la canoa que al mecerse despacio se asemeja a una cuna y la oxigenación que brinda el pulmón verde de esta parte de la Tierra.

La caminata por el bosque depara nuevas sorpresas: las hormigas acarreadoras, que llegan a caminar hasta un kilómetro portando el alimento para su hogar; las arañas sociables, que viven en comunidad y tejen una tela en conjunto para luego dividirse entre todas el festín; el ciempiés enorme que retoza sobre una planta mimetizado con el tono verde claro. Y la vegetación, frondosa, extraordinaria, con maravillas como el ceibo, un árbol peculiar que en nada se asemeja a nuestra flor nacional. Este ceibo es el segundo árbol más grande del mundo; los habitantes lo respetan por tradición ancestral ya que sus antepasados creían que los espíritus de los muertos iban a morar en cada rama.

Daniel nos enseña el árbol chambira con el que se teje la fibra que luego se utilizará para confeccionar redes y hamacas paso a paso; un pedacito de una rama del árbol servirá para enseñarnos cómo se obtiene el hilo y para trenzar una pulsera color verde claro que me obsequia; la recibo agradecida, un pedacito del Amazonas está en mi muñeca ahora. Le pregunto cuanto tiempo tardan las mujeres en tejer una red o una hamaca y me corrige: el tejido está a cargo de los hombres y su habilidad en tal sentido los torna apetecibles para el sexo opuesto.

Con el fin del almuerzo llega la lluvia tropical y el viento cambia de rumbo, nuestras intenciones de sumergirnos en el lago de las pirañas se ven diluídas por el clima y se impone un descanso prolongado en el que las cabezas comienzan a mecerse, entonces las hamacas paraguayas colgadas en la terraza del lodge se convierten en un lugar codiciado. Pero el río nos espera nuevamente para retornar despacio por las aguas negras hasta el Manatee, y entonces otra vez asoma un delfín rosado y luego el trongón, un pariente del quetzal, se deja fotografiar posado en una rama y algunos monos ardilla se balancean por los árboles. Y me quedo con el paisaje en los ojos y en el alma, con la certeza de que es imposible para el lenguaje transmitir la inmensidad de la naturaleza viva.

Mujeres del Yasuní y una laguna color limón

Sani GuarmiPor la mañana después del desayuno nos embarcamos hacia el Parque Nacional Yasuní para visitar a las mujeres artesanas de la comunidad Kitchwa Sani Isla, que han llevado adelante el proyecto Sani Warmi. Organizadas con la colaboración de una  ONG que trabaja para preservar este Parque Nacional, han potenciado sus posibiidades turísticas y tienen un espacio de venta de artesanías (en la fotografía adjunta se aprecia una parte), elaboración de comida autóctona, una chacra, un vivero y un estanque de crianza de las tortugas de la región llamadas charapas; también ofician de guías del proyecto para los visitantes que se acercan a conocer sus actividades. Las mujeres kitchwa se encuentran en el mismo status que los hombres, son autónomas y trabajan duramente y a la par.

Nos recibe Berta y la seguimos mientras nos guía entre las plantas que curan enfermedades respiratorias y devuelven el vigor, la piscina de crianza de las pequeñas tortugas, los cultivos de papaya y yuca que probamos directamente de la tierra, y las semillas y fibras como la chambira con la que tejen las artesanías. Volvemos al punto de partida y conocemos a Liz Andrade, una de las integrantes de la ONG, que nos explica que ahora están cultivando también cacao amargo, que probamos, para comenzar a venderlo; acto seguido ingresamos a la tienda de artesanías y conocemos la cocina, donde ya se encuentran a punto platos típicos para convidarnos.

Nos sentamos en el suelo y colocan dos grandes hojas de planta, y entonces probamos cacao blanco salado, yuca, plátano y un pescado cocinado a leña en hojas de chala, sin más sazón que su jugo y el palmito cortado con el que lo han cubierto, exquisito. También hay unos gusanos de la zona hechos en brochette, pero no los pruebo; los comentarios de los integrantes del tour que sí lo hicieron fueron favorables respecto del sabor.

Llega la hora de partir y nos despedimos de la comunidad, entre los niños hay una hermosa criatura que apenas si llega a los dos años; se pasea confiado entre nosotros y le acaricio el pelo largo y sedoso mientras me sonríe desde la profundidad de sus ojos oscuros. Es la última imagen que conservo de esta visita inolvidable a la comunidad de mujeres Sani Warmi.

Después del almuerzo, descansamos un rato en la terraza del Manatee y luego nos embarcamos nuevamente hasta la  Reserva Biológica Limoncocha, a la que hay que entrar en canoa a motor para que el guía del parque la impulse a remo después, a fin de hacer el menor ruido posible para poder avizorar la fauna del lugar. Los monos ardilla han tenido sus crías en el mes de marzo y los vemos saltar de rama en rama, en manada y despreocupadamente. También hay hoatzín, un pájaro de copete colorado al que llaman pava hedionda por el fuerte olor que despide para ahuyentar a sus depredadores. Y cuando comienza a oscurecer aparecen las luciérnagas como puntos luminosos y los murciélagos que vienen a comer los múltiples insectos que pululan por el aire.

La laguna Limoncocha debe su nombre al tono lima-limón de sus aguas y para lograr nuestro objetivo hay que concurrir muy temprano por la mañana o cuando cae la tarde, momentos en que los animales despiertan de su letargo. En Limoncocha viven el caimán negro y la anaconda entre las islas flotantes que se forman por el arrastre de las aguas.  Recordamos nuestra visita a los Esteros del Iberá, dos años atrás, en esa ocasión vimos yacarés de todos los tamaños retozando al sol; ahora no tendremos la suerte de ver al caimán negro, pese al esfuerzo del guía y de Félix, que alumbra con su linterna la orilla despacio, muy despacio, sin que se digne aparecer.

Limoncocha, el aire límpido de la selva y la noche tachonada de estrellas configuran un momento sagrado en mi recuerdo. Me dejo mecer por la cadencia de la canoa hasta llegar al pequeño embarcadero para emprender el camino de regreso, que será más corto porque el Manatee ha navegado para venir a buscarnos. Después de la cena nos despiden Félix y Daniel con palabras amables y nos entregan nuestro diploma de amazonautas ya que al día siguiente debemos volver a la civilización; pero antes vemos un video sobre dos comunidades indígenas de las catorce  que viven en el Parque Nacional Yasuní y que no han sido contactadas porque permanecen en aislamiento voluntario: los tagaeri y los taromenane.

Es un documento conmovedor que cuando termina deja un resabio amargo, porque son comunidades que resisten a su manera las sucesivas agresiones al hábitat natural en el que han vivido sus ancestros: el caucho primero, los misioneros, las enfermedades, la tala indiscriminada y la explotación petrolera. Se los ha acusado de violentos y agresivos, pero en realidad no se les conocía tal carácter hasta los primeros años del siglo XX, en que comenzó a alterarse su vida en la selva por los acontecimientos aludidos. Y han resistido de la única manera que encontraron viable: aislándose de una civilización a la que no quieren pertenecer, y sus razones son poderosas a tenor de la depredación que ha sufrido en pos del progreso la Amazonía.

Cultura y tradición en Cuenca

Plaza Abdón CalderónSanta Ana de los Cuatro Ríos de Cuenca es la pujante ciudad capital de la provincia del Azuay y cuenta con un centro histórico que ha sido declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad en el año 1999. Allí arribamos desde Francisco de Orellana previa escala en Quito, pasando del calor y la humedad de la selva a la brisa fresca de la sierra ecuatoriana; es tarde y el Hotel Boutique Los Balcones es un oasis para nuestro cansancio, con sus instalaciones coloniales, camas amplísimas y una decoración encantadora.

El desayuno del día siguiente nos sorprende por su variedad y porque se sirve en la terraza acristalada del tercer piso, pero es hora de comenzar a caminar la ciudad. El centro histórico está a sólo cuatro cuadras y llegamos a la plaza central Abdón Calderón, enfrente hacia ambos lados se encuentran las dos Catedrales: la antigua, llamada Iglesia del Sagrario, edificada sobre piedras extraídas de las construcciones Tomebamba de los indígenas; y la Catedral de la Inmaculada Concepción, que me deja sin respiración por su belleza y es creo la más hermosa que he visto en los países de América Latina que conozco. El altar, los rosetones, los vitrales, una talla del Cristo más bello vestido con una túnica y las manos abiertas, las imágenes de la Virgen: todo su interior es de una delicadeza que conmueve.

Tomamos el bus turístico para tener una visión panorámica de la ciudad y llegamos al Mirador Turi desde donde se puede ver en toda su extensión. El guía nos brinda una completa explicación de las referencias más relevantes y al culminar el paseo almorzamos en Don Colón, un simpático restaurant típico. Caminamos por la tarde hacia la Plaza de las Flores y la Calle Larga, que alberga la mayoría de los museos y centros culturales de la ciudad y concentra la mayor cantidad de pubs y bares. Ha sido un día intenso y volvemos al hotel a descansar.

En la fotografía se pueden ver la plaza Abdón Calderón y la Catedral de la inmaculada Concepción. Las altísimas araucarias que ornan la plaza fueron traídas especialmente desde Chile para tutelar el monumento al hijo dilecto de esta ciudad, que da su nombre a la plaza.

Artesanías y religiosidad en Quito, Jueves Santo en el medio del mundo, Amazonía ecuatoriana

19 Sábado Abr 2014

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Amazonía ecuatoriana, Centro Histórico de Quito, Ciudad Mitad del Mundo, Manatee Amazon explorer, Mercado Artesanal, Virgen del Cisne

Virgen de QuitoLa mañana nos encuentra descansados luego de una noche reparadora y es el momento de comenzar a caminar por Quito, idea que no abandonamos pese a la llovizna que va menguando hasta cesar por completo. Vemos que la gente igual utiliza sus paraguas: todo implemento es bueno para que la resolana ecuatoriana no alcance la piel del rostro. Nos dirigimos al Mercado Artesanal, situado en el barrio La Mariscal, a pocas calles del hotel donde estamos instalados.

Más de cien puestos en forma de corredores cubiertos exponen una variedad de productos, algunos artesanales y otro no tanto: bufandas y sweaters de alpaca, manteles y camisolas bordadas, cuero, instrumentos musicales, souvenirs con la imagen de las clásicas muñecas quechuas, telas pintadas sobre bastidores, chocolate, café, sombreros, joyas de plata y una pluralidad de representaciones religiosas que dan cuenta del fervor católico de los habitantes de esta ciudad. Compramos algunos recuerdos y luego de un tentempié en plaza Foch nos dirigimos al Centro Histórico, Patrimonio de la Humanidad desde 1978 y el más grande de América, que alberga 43 iglesias católicas en sólo ocho cuadras, varios conventos y un Palacio Arzobispal devenido en centro comercial.

La religiosidad quiteña se advierte a cada paso por las monumentales construcciones y comenzamos por la Basílica del Voto Nacional, de estilo neogótico y comparada por su inmensidad con Notre Dame, que resulta vecina del convento de los misioneros oblatos. Los bellísimos vitrales se encuentran decorados con la flora ecuatoriana y en lugar de las tradicionales gárgolas se reproducen animales como monos, caimanes y tortugas características de la fauna del país. Alberga amorosas esculturas de la Virgen del Quinche y del Cristo Niño, que resultan un bálsamo entre tantas imágenes que exaltan la Pasión, entre ellas una conmovedora talla de la Virgen Dolorosa con su corazón atravesado por una lanza.

Caminamos mientras amenaza lluvia subiendo y bajando calles hasta la Iglesia de la Merced: paredes y techo de yeso con motivos florales en color salmón, presidida por una torre de 47 metros de altura y decorada con las pinturas al óleo de Víctor Mideros. Es tiempo de sentarnos a tomar sendos jugos de mora y de naranjilla antes de recorrer la Iglesia y el Convento de San Francisco, y nos instalamos en la plaza homónima. Allí, Juan descubrirá que el simpático café que elegimos por su magnífica vista a la plaza incluye al Centro Cultural Tianguez, que recorremos asombrados por la variedad de manifestaciones culturales étnicas que se encuentran en exposición y porque el edificio parece un laberinto en el que se encienden luces por diversos pasillos a medida que avanzamos.

Las pluralidad de la exposición refleja el arte de gran parte de las comunidades indígenas de Ecuador, destacándose para mi gusto la cerámica pintada utilizando la cabellera de las mujeres, el tejido y una amplia exhibición de figuras talladas en diversas posiciones amatorias, tanto parejas como tríos sexuales, absolutamente gráfica en cuanto a su representación. Resulta original por cuanto no he visto colección parecida en otros países, ni tampoco la volvimos a encontrar en otros museos ecuatorianos étnicos que visitamos.

Finalmente nos dirigimos al Convento e Iglesia de San Francisco, un conjunto arquitectónico impresionante que remite tanto a la orden franciscana como a las clarisas y aloja a la famosa Virgen de Quito, obra de Bernardo de Legarda, el miembro más destacado de la escuela de arte quiteña. La Virgen, que se caracteriza por tener alas en su espalda y a la que se conoce también como Virgen Alada o Virgen del Cisne, despierta una fervorosa devoción entre los quiteños: la religiosidad es sorprendente aún teniendo una noción al respecto. En el patio del Convento de San Francisco, mientras aguardábamos a que cesara la lluvia torrencial, pude observar a gran cantidad de personas de ambos sexos sentadas en los bancos de la galería junto a los sacerdotes, que los escuchaban pacientemente en confesión.

La cantidad de fotografías tomadas por Juan me hizo dudar al momento de ilustrar esta entrada, pero seguí a mi corazón y me decidí por la Virgen del Cisne, amorosa guardiana de esta bella ciudad.

En el medio del mundo

Mitad del MundoEs Jueves Santo en Quito y nuestro día comienza muy temprano en el Museo Etnohistórico de Artesanías Mindalae, que exhibe en sus cinco pisos la cosmovisión indígena ecuatoriana permitiendo una aproximación a la cultura de las comunidades. Caminarlo es un placer y una conexión con los chamanes, la naturaleza y las particularidades de cada comunidad: se exhiben tejidos, adornos, cosmología, producciones con piedras y semillas; en la planta baja hay una tienda atendida con la proverbial amabilidad de los ecuatorianos.

Es tiempo de dirigirse a la Ciudad Mitad del Mundo previo abordar dos ómnibus de línea y paliar el largo traslado mirando la vida en los suburbios de Quito. Al arribar a esta ciudad, la más pequeña del Ecuador, nos sorprende porque más allá del hito que señala el punto medio del planeta al que se accede por la Avenida de los Geodésicos, también se emplazan diversos pabellones culturales con expresiones de otros países y el Museo Antropológico y Etnográfico ubicado en el interior del monumento que refleja la fotografía. En sus dos pisos se desarrolla la vida de las diversas comunidades indígenas con una completa descripción de cada una; incluye una referencia a los afroecuatorianos y hasta se puede contemplar una cabeza reducida por los shuar, mal llamados jíbaros, con su boca previamente cosida por haber infringido el desdichado la ley que prohibía dar muerte a un semejante. En la terraza, una impresionante postal de Quito y continuando con la vista la línea divisoria se avizora la capilla del medio del mundo.

Emprendemos el regreso y abordamos nuevamente dos ómnibus para sumergirnos en el Centro Histórico, con un movimiento mayor aún al habitual debido a la proximidad de las procesiones que caracterizan al Viernes Santo, a las misas y a la fiesta religiosa popular que se celebrará en las próximas horas. Llegamos caminando a la Calle la Ronda, una arteria encantadora plena de casas antiguas donde la tradición de los oficios continúa vigente y se ha fusionado con tiendas de artesanías, galerías de arte y comercios gastronómicos. Tomamos un reparador café y luego seguimos camino a la Iglesia de Santo Domingo, ubicada en la plaza del mismo nombre, que alberga en su interior la Capilla de la Virgen del Rosario, la más famosa de Quito por su ornamentación, pero no podemos verla: está cerrada por la proximidad del Viernes Santo y sólo nos es posible atisbar el altar con la filigrana de oro que asoma en parte atrás del lienzo que lo cubre. En el confesionario lateral una larga fila de fieles aguarda pacientemente su turno para ser oídos por el sacerdote en confesión.

Seguimos camino por este impresionante Centro Histórico hacia la Iglesia de la Compañía de Jesús, obra iniciada por los jesuitas en 1605 y concluída luego que fueran expulsados de Ecuador; es imponente con razón, ya que está íntegramente recubierta por 128 libras de láminas de oro y constituye un patrimonio cultural en sí misma. Un guardia severo nos impide contemplar los corredores laterales: comienza la misa y el templo se encuentra abarrotado, no obstante Juan alcanza a tomar algunas fotografias para inmortalizar el momento.

Ya en el hotel la satisfacción por el día pleno de vivencias se ve empañada por la noticia de la partida de Gabriel García Marquez. No puedo dejar de recordar la abstracción del mundo que me produjo la lectura de “Cien años de soledad“, ni el amor por Santiago Nasar en “Crónica de una muerte anunciada“. Y firmo un compromiso conmigo misma: cuando regrese, le dedicaré al inolvidable Gabo la reseña que su legado merece.

En el Manatee por la Amazonía

ManateeDespués de un retraso de dos horas llegamos finalmente al aeropuerto El Coca, en la localidad de Francisco de Orellana, para abordar el crucero que nos trasladará por el río Napo, el más grande de los afluentes del Amazonas llamado así por Gonzalo Pizarro y el mentado Francisco. Ambos creían que los indígenas, por sus largas cabelleras así como por el ímpetu belicoso de las mujeres, eran las míticas guerreras que habían fascinado a los griegos.

Arribamos a bordo de una chalupa con diez personas más al Manatee Amazon Explorer, un pintoresco barco de tres pisos con un aire a las embarcaciones del Mississippi, que consta de cubierta principal con salón comedor y sala de mando, y dos cubiertas más sobrepuestas en las que se encuentran los camarotes y una terraza que incluye un salón de usos múltiples con barra de tragos, libros, CD y que empleará como sala de reunión Daniel, el amable guía, para dar cuenta del itinerario del día siguiente.

Somos recibidos por Félix, el Administrador; después de la bienvenida nos aguarda un almuerzo reparador: entrada de habas con atún, arroz con camarones para los adultos y pollo con plátanos y pepinos para los niños y para mí, dada mi alergia a los frutos de mar. Un riquísimo yogur de guanayaba completa el menú; café e infusiones se encuentran disponibles las 24 horas en la terraza, donde nos sentamos con Juan con una taza de café en la mano a ver pasar la tarde, mientras el atardecer rojo fuego se va instalando en el horizonte. El río, la vegetación frondosa y exuberante, algún campamento que indica la proximidad de una petrolera y, de vez en cuando, niños de una comunidad que saludan desde la orilla ocupan nuestra atención.

El Manatee ofrece la posibilidad de conocer un palmo de la enorme superficie de la cuenca amazónica ecuatoriana, a la que llaman “el Oriente”, en un viaje para conectarse con la naturaleza y resignificar la forma de vida de las comunidades indígenas que habitan el pulmón verde del planeta. La cuenca del río Napo es un centro de diversidad cultural, sus habitantes más antiguos fueron los Omaguas, pescadores y agricultores cuyas ceremonias eran complejas y ricas debido a la cosmogonía que desarrollaron; las piezas de cerámica que se han encontrado permitieron reconstruir las costumbres de una comunidad que se extinguió con la llegada de los conquistadores.

Luego de asimilar toda la información que nos proporciona Daniel llega la hora de la cena y nos despedimos hasta el día siguiente, en el que conoceremos el lago de las pirañas, las aguas negras y caminaremos por el bosque para observar plantas, aves y, tal vez, algún ejemplar de la fauna autóctona. Es tiempo de descansar en este increíble barco, rodeados por la Amazonía ecuatoriana.

Presentes exquisitos de Apreciable, primeras impresiones de Quito y estrenos de implementos viajeros

16 Miércoles Abr 2014

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amigas, Ecuador, Merrell, Quito, Santa María Novella

Sta. María NovellaLa Officina Profumo-Farmacéutica di Santa María Novella está situada en la Vía della Scala 16 de la soberana ciudad de Florencia, próxima a la plaza homónima, y forma parte del convento-iglesia del mismo nombre. Ostenta linaje propio: es la farmacia más antigua de Europa ya que fue fundada por los frailes dominicos en el año 1221, quienes a poco de establecerse en ese bello enclave italiano comenzaron a cultivar sus propias hierbas y plantas, a fin de abastecer a la enfermería del convento con los medicamentos naturales que elaboraban.

El Duque de Toscana concedió a la Antica Farmacia el título de Botica de su Alteza Real en 1612 dada la calidad de sus productos; no era para menos, en el año 1533 Catalina de Médici estaba pronta a contraer enlace con el rey de Francia y los frailes crearon para la ocasión el Acqua della Regina, la primera de las aguas de colonia de la historia. Se harían famosas recién en 1725, cuando Giovanni María Farina las comenzara a elaborar en la ciudad homónima, a la que homenajeó con su nombre en agradecimiento al lugar en el que se había establecido junto a su hermano.

Actualmente, el edificio de la Officina Profumo-Farmacéutica di Santa María Novella es en sí mismo una maravilla arquitectónica y artística, y se encuentra bajo la administración de la familia Stefani, descendientes del último fraile director. Cruzar sus puertas significa introducirse en un universo de fragancias, pócimas, cosmética y cerería únicos, elaborados con recetas y fórmulas magistrales que se remontan a siglos atrás. Recuerdo haber recorrido con Juan casi sin respirar sus salones, impecables y decorados con un gusto exquisito.

Apreciable estuvo en Florencia con sus hijos (quiénes soportaron estoicamente su visita a S.M.N. por mi sugerencia),  se detuvo en cada sala, formuló todas las preguntas que pudo a la amable vendedora y adquirió para mí los “pasticche”,  elaborados con la fórmula de la “antiche preparazioni” de Fra´Angiolo Marchissi que data de 1614. A base de menta peperina, menta dulce, hierbas cultivadas de S.M.N. y canela de Ceylan, con propiedades digestivas y refrescantes, estas artesanales pastillas son un producto señorial de un sitio con historia.

La fotografía incluye collar de diseño veneciano y estampita que replica la imagen de María in Trono, mosaico del siglo XII que se encuentra en la Basílica de Santa María in Trastevere, en Roma, con la oración a la Madre Divina en el dorso. Presentes todos que debo a la generosidad de mi querida amiga Apre, de vuelta en casa luego de su periplo italiano.

Quito a primera vista

QuitoEs media tarde y llovizna cuando finalmente descendemos del avión que nos llevó hasta el aeropuerto Mariscal Sucre; después de la escala en Guayaquil, con 30 grados de temperatura, se agradece el clima fresco y nublado de San Francisco de Quito. El aeropuerto es grande y muy moderno, cruzando un puente se accede al shopping de tres pisos que no visitamos porque nos urge llegar al hotel Reina Isabel para descansar, ya que hace veinte horas que estamos viajando.

Como en todos los lugares en que la población tiene ascendencia andina, la amabilidad es una cualidad a destacar entre los habitantes de esta ciudad. Buenas tardes, mis señores, nos saluda el chofer del automóvil, vamos a tardar más de una hora en llegar por el tránsito. Tengo la esperanza de que exagere, pero el hombre tiene oficio: el aeropuerto está a unos 40 kilómetros, hay que cruzar los suburbios plenos de gente, atravesar el cerro cortado al medio y, pese al buen estado de la carretera, hay tantos autos como personas y el atasco es inevitable.

Mientras lucho para no cerrar los ojos voy observando el camino: la ciudad es ordenada dentro del caos, no se ven asentamientos precarios y el parque automotor es nuevo. Nos vamos acercando al barrio La Mariscal, “la zona rosa” de Quito, donde se concentran bares, discotecas y restaurantes alrededor de la plaza Foch, centro de la vida nocturna que se encuentra a dos cuadras del hotel.

La primera intención es darnos una ducha y salir a caminar un rato, pero nos puede el cansancio y el confort de la suite; finalmente optamos por pedir servicio a la habitación y sumergirnos en el sueño reparador, no sin antes haber registrado Juan algunas imágenes nocturnas de los cerros y de la ciudad que estamos prontos a recorrer, y en la que pasaremos nuestra primera noche, agotados pero felices.

Estrenos para extremidades viajeras

MerrellEl último 14 de febrero, Juan me sorprendió con dos paquetes, uno de ellos de tamaño considerable del que no pude acertar su contenido. El más pequeño contenía el estuche para la tablet que había adquirido recientemente, el otro, un par de zapatillas Merrell, a propósito del viaje a Ecuador que ya estábamos planificando.

Merrell es una marca cuyo lema es “A CUALQUIER PARTE”, y alude a los fantásticos verbos “DESCUBRIR” y “EXPLORAR” en su presentación. La idea central que persigue es asociar los viajes de descubrimiento externo y la búsqueda del conocimiento de sí mismo, con los vínculos personales y la realización personal que enlaza a las personas que hacen de la vida al aire libre una manera de conectarse con su interior.

El mensaje es positivo y profundo, porque la capacidad de relación con la naturaleza no depende del lugar de nacimiento, de la edad o de la posición social, sino de la resignificación interna de la Madre Tierra como guía iluminadora, para restaurar nuestro yo personal mediante la reverencia ante la vida. Y si bien los viajes abren nuevos horizontes al permitir el contacto con geografías diversas que amplían la percepción de la grandeza de la Pachamama, cualquier lugar que permita sentarse un rato en silencio y contemplación cumple con ese cometido. En tal sentido, nuestra ciudad se encuentra bendecida por la cercanía del mar profundo y de las sierras de Tandilia.

Respecto del obsequio, la marca se caracteriza por ofrecer diseño cómodo, durabilidad y uso intensivo de sus productos, pensados para aquellas personas que los emplearán durante mucho tiempo. Para acompañar su estreno, he adquirido en Carrefour unas alegres medias con lunares de colores.

Ahora sólo resta empezar a caminar este bello país en el que nos encontramos, con la expectativa de comprobar que Merrell cumple lo que promete en cuanto al objeto en sí. Porque en lo que respecta a la filosofía que propone, resulta tarea propia del compromiso personal de cada uno.

Velada filosófica familiar, las mujeres desacatadas de Lotta, fragante Grass

12 Sábado Abr 2014

Posted by bellaespiritu in Arte, Fragancias, Perfumería, Uncategorized

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femenino y masculino, Georg Simmel, Grass, mujeres desacatadas, VZ

¿Qué harás hoy a la tarde?, me preguntó mi hijo por mensaje de texto al concluir su clase, cerca de las 17 horas. Tomaré un café y parto al curso con Silvia, le respondí, y vengo de reunirme con el grupo de estudio. Muy nerd lo tuyo, nos vemos a la noche, concluyó. Por consiguiente, luego de reírme con su respuesta, me dirigí más tarde hacia la casa de Silvia como cada miércoles por medio, dispuesta a sumergirme en la atmósfera sin tiempo de su sabiduría.

Hacia las 20,30 horas, cansada pero feliz, me despedí de mis compañeros de curso para encontrarme con una agradable sorpresa: Juan y nuestro hijo estaban esperándome dispuestos para ir a cenar. Pastas, coincidieron ambos, y así nos dirigimos a Nonna Raffaela, tradicional restaurant de la ciudad. Confieso que fue un placer absoluto ser atendidos por un mozo con oficio, y degustar el pan casero y la pizza pan acompañados de una entrada gentileza de la casa mientras aguardábamos los ñoquis y los sorrentinos, aunque Juan se decidió finalmente por unas costillas de cerdo a la riojana.

La conversación fluyó hacia las actividades de cada uno, las contingencias laborales y los preparativos para el próximo viaje; no faltaron anécdotas ni sonrisas, mientras las opiniones sobre diversos temas evidenciaban la cualidad netamente masculina de ambos en sus postulados frente a mi femenina disgresión. Más allá de coincidir o disentir, el camino para llegar a la misma conclusión difiere notablemente en su construcción, quizás porque la manera masculina y lineal de ver el mundo contrasta con la sinuosidad propia característica de lo femenino, resultando válidas y valiosas tanto una como la otra.

Y a propósito de ello, no pude evitar reflexionar una vez instalada cómodamente en mi hogar respecto del momento histórico en que nos toca vivir, en el que los patrones estereotipados respecto de lo masculino y lo femenino han sido puestos en crisis en buena hora; aún sin perder de vista que no se trata de una situación general sino incipiente, y que no impregna a todas las sociedades ni a todos los países. Históricamente, las normas de uso común para valorar la índole y las formas de manifestarse de hombres y mujeres no han sido neutrales, sino que se han basado íntegramente en la masculinidad, apareciendo lo masculino como lo objetivo, el tamaño patrón de todas las cosas.

En tal sentido, reconocer a aquellos que han sido pioneros en la construcción de nuevos paradigmas horizontales de relaciones humanas deviene justo y necesario. Georg Simmel fue uno de ellos, al desarrollar sus conclusiones respecto de lo femenino y lo masculino en la Revista de Occidente en el año 1923: si bien el hombre puede vivir y morir por una idea, sostuvo, esta idea se sitúa delante de él, necesita tenerla enfrente; en cambio la mujer se funde con la idea en sí, su esencia es una con la idea y de ésto hablamos con la expresión “instinto femenino”. Y este instinto, propio también de los artistas y de los poetas que lo han llamado numen o musas, integra la esencia creadora, que tiene acento femenino en cuanto a la unidad de idea y generación.

Me fui a dormir con una clara sensación de agradecimiento: en lo particular, por tener la posibilidad de pasar una tarde aprendiendo junto a otras personas y por la velada familiar que dio lugar a conversaciones e intercambios que nos enriquecen como familia. Y en lo general, porque el instinto propio de la condición de las mujeres contenga en sí la cualidad sagrada del genio creador, como nos señalara Georg Simmel hace casi un siglo atrás. Por si no nos bastaba con la voz del poeta al respecto.

Encantadoras y desacatadas

LottaSilvia Carlota Laffranconi (Lotta) es Licenciada en Educación y Magister en Literatura infantil, poeta y creadora de las Mujeres Desacatadas, una encantadora serie de imágenes femeninas tan tiernas como desopilantes, que tuve ocasión de contemplar gracias a la información con que cuenta Adriana respecto de todo evento cultural que se precie. Ello se debe a su amplia cultura, que la vincula con un sinfín de contactos en las redes sociales, así como a la curiosidad que la caracteriza.

Ambas nos dirigimos a la Biblioteca Central de la Universidad Nacional de Mar del Plata, que en este año dedicado al inolvidable Cortázar presenta en la Sala Alberto Bruzzone y en el Espacio Neruda la exposición “22 mujeres desacatadas: Arte, poesía y Tarot“, título del libro de Lotta que se encuentra en proceso de edición.

Las imágenes, una más bella que la otra, se exponen acompañadas por los poemas profundos y conmovedores de su autora, que describen el universo femenino desde su esencia y se perciben escritos con el alma y desde el corazón. También hay lugar para la sonrisa: el conventillo de Lotta es tan simpático como los “tipitos” que, ocultos a nuestros ojos, nos ayudan silenciosamente.

Para mitigar la ansiedad hasta tener el libro en nuestras manos, adquirimos las tarjetas que se encuentran a la venta en el interior de la Biblioteca; pueden contener en el dorso alguna de las poesías o bien renglones en blanco como la que he elegido para la fotografía, y en tal caso son una buena opción para acompañar un obsequio en lugar de las tradicionales. Porque en esta Era de Acuario que comienza, todas las mujeres merecemos ser acreedoras al título de desacatadas, y a una de las creaciones de Lotta, en consecuencia.

Grass: el aroma de la Madre Tierra

Love our PlanetLas fragancias orgánicas se caracterizan por la sensación de naturaleza cercana que produce su aspiración. No hay nada más agradable que vaporizar sobre las muñecas y el cuello un aroma que recuerda al verde del pasto, del bamboo, del jengibre. El año pasado me invitaron a dar una capacitación en el marco de un curso organizado por efectores de salud de la provincia de Buenos Aires al que accedí de buen grado, ya que sus organizadoras son mujeres con vocación de servicio y voluntad de superación permanente. Al concluir la jornada, me obsequiaron gentilmente el eau de toilette Grass de VZ.

Grass huele a la frescura del bamboo adunada a un dejo cítrico, así como al pasto húmedo después de la tormenta en una tarde de primavera. Tiene una suave reminiscencia de mandarina y un dejo alimonado insistente, posiblemente debido al sándalo y al ylang ylang que incluye en su composición, ya que la consistencia cremosa de este último le confiere persistencia pese a tratarse de un eau de toilette.

En consonancia, en casa tenía para testear Grass jabón en pasta, que había formado parte de un lote de obsequios de Apreciable para el día del amigo del año pasado. Basado en el jengibre y combinado con aceites naturales, su fragancia resulta también fresca y aromática; produce abundante espuma, no contiene parabenos ni ha sido testeado en animales. Un baño de frescura que nos conecta con la naturaleza y transforma la ducha cotidiana en un spa al aire libre.

El difícil arte del perdón, Valar Morghulis y la sabiduría de los cuentos de hadas

09 Miércoles Abr 2014

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amistades, Clarisa Pínkola Estés, Cuentos de mágicas hadas, Game of Thrones, Valar Morghulis

Cuando tenemos una amistad muy antigua con otra persona, suele suceder que las conversaciones que abordan circunstancias personales de una de las integrantes redunden en beneficio común, porque se habla con el corazón en la mano. No hay disimulos ni tapujos, teniendo enfrente a una hermana de ruta se va tejiendo la trama lentamente, y lo que estaba oculto empieza a asomar con la deconstrucción conjunta.

Marcela estaba en un momento de transición y durante dos tardes estuvimos filosofando, dilucidando y pasando en limpio experiencias que a la postre devienen similares, porque en definitiva la evolución resulta tarea de todos los seres humanos. Luego de tanta elucubración surgió prístina la necesidad de conectarnos con nuestras relaciones fundantes desde el perdón: el gran dilema es cómo hacerlo desde lo más profundo de nuestro interior para lograr este cometido, difícil aún para los héroes y los dioses.

Coincidimos en que hay gestos, características, expresiones y giros lingüísticos que nos provocan un profundo rechazo; resulta irrelevante quien los ejecuta o verbaliza, aunque si la persona integra nuestros afectos cercanos la sensación es aún más fuerte y hasta repercute en el cuerpo físico (en mi caso, siento que me erizo, literalmente, como si me crecieran púas). Luego de varios cursos, talleres y terapias tendientes a reconocer y a conjurar los traumas gestados en la infancia, también resulta relativamente simple darse cuenta de cuáles de esas actitudes constituyen detonantes que nos remontan al autoritarismo de nuestro padre o a la descalificación materna.

Pero si el problema ya no es verlo, aún resta deshacer el nudo que nos mantiene inmóviles y ante alguna interacción con otra persona nos remite a ese momento, porque se activa el resorte sepultado en lo más recóndito de nuestro ser. El miedo, la rabia contenida, el resentimiento, el temor; cualquier sentimiento invalidante revive el instante fatal para nuestra pequeña persona herida, que reacciona una y otra vez como si volviera a la sensación de desamparo de su niñez.

Desde los antiguos caminos espirituales y las enseñanzas de Jesús hasta el psicoanálisis y Jung, desde “Un curso de milagros” y la obra de los guías más relevantes del siglo XX (Deepak Chopra, la querida Louise Hay, Caroline Myss) hasta el Ho´oponopono hawaiano y los Dikshas: técnicas, parábolas y métodos para lograr que seamos capaces de empatía, comprensión y afecto hacia aquellos que nos han lastimado. Perdonar, nada más y nada menos; el empeño de los maestros para ayudarnos a lograrlo da cuenta del esfuerzo titánico que requiere.

Concluímos con Marcela en que, como dice Louise, es probable que no sepamos cómo hacerlo, y aún que no queramos perdonar, pero al concebir la idea la vamos haciendo carne, comienza a manifestarse en nosotros y la empezamos a incorporar. Y tal vez, en un día no tan lejano, nos encontremos reaccionando menos airadamente ante una contingencia que nos remita a lo vivido hace muchos años, entonces el tránsito por esa circunstancia será más liviano y la energía oscura que sirve para ocultar el resorte temido podrá ser transmutada. Porque sanarnos a nosotros mismos implica, sin dudas, ejercitar el difícil arte del perdón.

Valar Morghulis

DragónAdriana y Tony llegaron a casa el domingo por la noche con una torta tipo mousse de chocolate para degustar luego de la picada y las pizzas que preparó Juan. Teníamos prevista una velada largamente esperada: sentarnos frente a la televisión y prepararnos para empezar a disfrutar de la cuarta temporada de “Game of Thrones“, la serie de culto basada en la saga literaria de George Martin. Debido a la coherencia de Tony, respetamos el horario dadas las obligaciones laborales del día siguiente, y no hicimos caso omiso al curso de las horas como suele suceder en nuestros encuentros.

A mi querida Adri, como ya he dicho, le debo el fanatismo por la historia que gira en torno al codiciado trono de hierro y ambas compartimos giros idiomáticos en alto valyrio, el idioma que imaginó el autor. El ringtone de su celular anuncia mi llamada con la música emblemática de la serie: “Valar Morghulis”, inicia alguna de nosotras la conversación, “Valar Dohaeris” responde la otra ante la mirada de asombro del ser humano que se encuentre cerca.

La saga literaria recién estará completa cuando se editen los dos libros que restan de los siete previstos, razón por la cual millones de personas en el mundo envían buenos deseos y desean larga vida al prolífico escritor. Lo cierto es que la serie se ha convertido en un éxito mundial con seguidores en todos los países, y los libros en consiguientes best sellers pese a la extensión que los caracteriza: el tercer volumen, “Tormenta de espadas”, contiene más de 1000 páginas y es el último que he leído. La razón es simple: no quiero adelantarme demasiado a los contenidos de la serie, pese a la ansiedad que implica aguardar cada temporada.

“Game of Thrones” gira en torno a la historia de varias familias en una época que podría asimilarse a la Edad Media, todas guerrean entre sí por llegar a ocupar el ansiado trono de hierro; por este objetivo tan pronto conciertan alianzas y matrimonios como traicionan y matan a mansalva, generando las consecuentes venganzas de ascendientes y descendientes en una espiral sin fin. Pero “Game of Thrones” es sobre todo una radiografía de las conductas de los hombres: la lujuria, la codicia y la crueldad se entrelazan con la compasión, el amor y la lealtad. Lo mágico y lo insondable también devienen fundamentales, ya que como en toda historia que se precie, los dioses y el misterio resultan inspiradores del alma humana.

“Valar Morghulis” significa “Todos los hombres deben morir” y es el saludo que Jaqen H´ghar, el hombre sin rostro de Braavos, enseña a la pequeña Arya cuando le entrega una moneda especial, para que la emplee como salvoconducto si necesita encontrarlo. “Valar Dohaeris” es la respuesta tradicional a la consigna anterior y significa “Todos los hombres deben servir”. Conviene tener presentes ambas expresiones, ya que resultan aplicables a nuestras fugaces existencias.

El dragón de la fotografía es un obsequio de Adriana para mi último cumpleaños, emulando a Daenerys Targaryen lo he bautizado Dracarys. Creación de su ahijada, otras piezas únicas del universo de esta joven artista pueden encontrarse en la página web Selena Farabari – Artesanías y diseños gráficos

Cuentos de hadas y algo más

Cuentos de HadasHace diez años mientras realizaba un curso sobre comunicación humana una de las asistentes hizo una referencia a un libro que la había conmovido, cuya autora es una reconocida psicoanalista junguiana. Interesada por el comentario, a los pocos días adquirí un ejemplar de “Mujeres que corren con los lobos” y tomé contacto con la sabiduría de la Dra. Clarissa Pínkola Estés.

El libro en sí mismo, como dice Analía Bernardo, contiene material como para estudiar durante años. Uno de los temas que aborda es el de los cuentos y la fascinación que la autora ha sentido por ellos desde su temprana infancia, circunstancia con la que me sentí de inmediato identificada. De niña tenía una especial predilección por los cuentos de hadas y contaba con varios ejemplares que me leía mi madre por la noche en mis primeros años; luego adquirí la costumbre que conservo desde entonces de leer antes de dormir y los pequeños libros me asistían hasta que se me cerraban los ojos de sueño.

Y entonces la Dra. Pínkola Estés corroboró mis impresiones hasta ese momento difusas: los cuentos son medicina, instrucciones mágicas para recobrar los arquetipos olvidados en la profundidad de la psiquis y contienen símbolos arcanos de conocimiento que fueron velados por los oscurantismos posteriores: del curandero a la bruja malvada, del espíritu al ángel bondadoso y de los antiguos misterios a las historias asépticas y asexuadas. Las niñas buenas, hacendosas y bonitas esperando al príncipe azul que las salve de las pruebas que no pueden abordar por sí solas, construyeron una imagen de la mujer en consonancia con el modelo de esposa sumisa y recatada que imponía la moral de la época.

El libro “Cuentos de mágicas hadas” es una antología compilada por Mariana Rodriguez Felder y contiene nueve historias en las que las protagonistas, de una u otra manera, son las criaturas feéricas. Si bien incluye clásicos como “Cenicienta” y “La bella durmiente”; algunas leyendas celtas como “La manzana mágica” y “Melusina”, el británico mago Merlín hechizado por Nimue y la presencia de hadas de Rusia e Italia, imprimen a este pequeño volumen destinado a las niñas una dinámica diferente respecto de estos seres elementales.

El cuento final (con un lenguaje encantador asequible para el público al que está destinado), alude al juicio a la última de las hadas francesas, quien realiza un valiente alegato ante el tribunal respecto de los pueblos que conservan la magia de sus tradiciones. Una visión reivindicatoria de la esencia de lo arcano, que fuera perseguido a través de la historia por la barbarie de las civilizaciones y en el nombre de los fanatismos de cualquier orden.

De relaciones y vínculos, liberar a Sekhmet y últimos estrenos veraniegos

05 Sábado Abr 2014

Posted by bellaespiritu in Oráculo, Presentes, Uncategorized, Vestuario

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Arapos, Carl Jung, Isadora, mandalas, reflexiones, Sekhmet

Convocatoria de Paula y María Elena para la tarde del feriado, propicia para dar unas vueltas por Güemes y sus alrededores mirando vidrieras, admirar los nuevos modelos de zapatos para el otoño y luego sentarnos a tomar una merienda suculenta en Baguette. María Elena estaba agotada pero contenta: se había acostado a las cuatro de la mañana luego de salir a cenar, jugar al bowling y conversar varias horas con seis personas más, hombres y mujeres que se conocieron a través de un grupo de chat por internet.

A partir de su relato nos pusimos a reflexionar sobre esta manera de vincularse que ha sustituído al club o a las reuniones que se organizaban hace no tantos años, en las que las personas que se encontraban solas concurrían a algún sitio para entablar relaciones de amistad, o de pareja con el transcurso del tiempo. Necesidad que en algunos seres humanos es más fuerte que en otros, ya que depende de factores que no son uniformes ni constantes, variando de acuerdo al momento personal de cada uno. Y que a veces es criticada o denostada por quiénes se resisten a las formas no tradicionales de entablar vínculos.

En tal sentido, las redes sociales constituyen una manera de relacionarse para quienes se sienten solos después de culminar una pareja, o bien han llegado a la ciudad hace poco tiempo y no tienen lazos de amistad, o simplemente quieren ampliar su círculo de relaciones y su vida social. Las circunstancias e historias de vida de cada uno son infinitas, pero hay un denominador común: por lo general se encuentran en una edad intermedia, aún tienen ganas de salir y divertirse, algunos tienen hijos adolescentes o adultos jóvenes y todos se sienten valorados en el rol que cada uno ocupa en el grupo.

La mujer con siete hijos criados en soledad que se permite pensar en sí misma luego de muchos años, el hombre separado desde hace unos meses que comienza a valorar las relaciones que no se basan sólo en el sexo, la joven abuela que ha quedado viuda y se integró a partir de la insistencia de una amiga; historias de vidas disímiles que confluyen para entablar amistades, abrir nuevos espacios o hacer menos densa una soledad que a veces empieza a doler. Algunas relaciones no continuarán con el paso del tiempo y algunos grupos se irán disolviendo cuando sus integrantes tomen otros caminos; en definitiva, contingencias que no difieren de aquellos vínculos que se establecen a partir del conocimiento entablado en el mundo real.

Las formas de relacionarse mutan como las sociedades y el instrumento que brinda internet permite renovar, ampliar o integrar los lazos afectivos que se han establecido durante el transcurso de una vida. En algunas épocas serán más intensos, en otras la necesidad de estar en silencio y comunicarse consigo mismo tendrá más peso al momento de elegir entre una salida en grupo o la lectura de un libro a solas. Pero todo forma parte del entramado sutil con el que se va entretejiendo la manera de estar en el mundo, que hoy puede encontrar a cada persona en un lugar y mañana en otro.

En definitiva, procesar esas diferencias permite flexibilizar la mirada respecto de nosotros y de los demás; como ninguno está exento de estas fluctuaciones, es preferible no pronunciarse de manera tajante. Y optar por celebrar los buenos momentos ajenos, ya que el humor de María Elena por haber pasado una noche divertida junto a personas agradables, derivó en una tarde donde abundaron las sonrisas para las tres.

Sekhmet y la sombra

Mandala SekhmetLas diosas oscuras son arquetipos poderosos de crecimiento y transmutación propios de todas las culturas antiguas, que han contado con mala prensa a partir de las religiones monoteístas patriarcales. Parece lógico que así sea, porque la proyección en el diablo como expresión externa del mal situaba fuera del ser humano el lado oscuro de su naturaleza, requiriendo de penitencias y exorcismos antes que de reconocimientos e integraciones. Le debemos a Carl Jung el concepto de “sombra” acuñado a principios del siglo XX así como la noción de arquetipo; a partir de sus postulados cobra fuerza la idea de que los seres humanos precisan de su lado oscuro para ser quiénes son, porque aún negándola nuestra sombra nos integra como tales. “Prefiero ser un hombre completo a ser un hombre bueno”, expresó magistralmente Jung en tal sentido.

En consecuencia, resulta más útil que negarlo hacerse cargo del lado oscuro, reconocerlo e incorporarlo, porque al hacerlo visible se diluye su poder. Sekhmet es la diosa leona de origen egipcio, pertenece a la orden de las oscuras y como tal, propone la integración de aquellas emociones primitivas como la rabia y el resentimiento, porque ambos son polos de la misma energía que constituye la fortaleza. Transmutar la rabia implica reconocer su origen y hacerse cargo de la sombra que puede haber generado, para conectarse con esa furia primitiva aprisionada en lo más profundo de nuestro interior.

Una vez más recuerdo a Louise Hay cuando decidió curar su cáncer con terapias holísticas: se relacionó con la rabia y el enojo acumulados durante años con su familia de origen, los hizo propios golpeando almohadones, expresando su ira a los gritos y drenando el llanto que subía incontrolable desde lo más profundo de su ser. Claro que no habrán sido momentos agradables para transitar, pero ella sabía que no podía seguir conviviendo con esas emociones que habían contribuído a enfermarla y decidió liberar la ira que la estaba consumiendo.

Soltar a Sekhmet de su prisión para liberar la furia enjaulada resulta una metáfora del trabajo liberador que cada una tiene que emprender, con la certeza de que las emociones reprimidas generan sentimientos de rabia e ira que consumen una parte de nuestra energía. Esta diosa se caracteriza tanto por su ferocidad como por la transmutación que encarna y su símbolo es el ankh egipcio, la cruz ansata que representa el renacimiento. Está conectada con la diosa gata Bast, la sexualidad sagrada y la Luna; los colores que le son propios tienen una obvia intensidad: rojo sangre, dorados, marrones rojizos. El mandala pintado en consonancia pertenece a “El libro de los mandalas” de Thomas Varlenhoff al que ya me he referido, obsequio de mi querida Ale.

Vestigios veraniegos

Arapos:Isadora¿Se ha terminado el verano? A juzgar por la fecha, la respuesta sería positiva según el parámetro climático de la ciudad y la puesta del sol cada vez más temprana; pero teniendo en cuenta las temperaturas que se siguen registrando, podría afirmarse que no, que aún hay resto para lucir sandalias, mangas cortas y hasta alguna excursión a la playa en short y ojotas. De hecho, hoy la temperatura llegó a inverosímiles 26 grados.

En estas circunstancias, los tonos del otoño en las vidrieras resultan opacos y hasta tristes. Con el sol asomando entre las nubes y la humedad calurosa, los colores tónicos combinados con gamas terrosas aparecen como un matiz intermedio para un verano que no tiene prisa por irse, mientras las veredas se cubren de hojas amarillas y algunas plantas florecen otra vez, desorientadas en este interregno temporal.

He echado mano para estos días indefinidos a la remera de seda adquirida en Arapos (sí, con licencia ortográfica), que intercala naranja con amarillo y oscila también entre un tono tiza en degradé con dorado y negro. Es un comodín interesante, ya que se puede usar tanto con un pantalón negro o claro para ir a trabajar; o bien con jeans el fin de semana y hasta con una falda para algún evento.

La cartera de cuero ecológico y los pequeños pendientes los adquirí en la liquidación de verano de Isadora; absolutamente naranjas, levantan con su estridencia cualquier equipo. Para seguir disfrutando de la estación que se ha terminado conforme indica el almanaque, pero que se resiste a irse a tenor del calor que se ha instalado, impertinente, a despecho del turno que le corresponde al otoño tardío.

Feliz cumpleaños Pety, obsequios biscuit de Gisella y testeos multifrutales

02 Miércoles Abr 2014

Posted by bellaespiritu in Oráculo, Perfumería, Presentes, Uncategorized

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afectos, Avon, biscuit, Universo Garden Angels, Vírgenes vintage, Yemanjá

Regalo de PetyPety, a quien ya he hecho referencia en ocasión de la entrada sobre testeos de geles varios, es amiga de mi mamá desde hace muchos años. Nos vemos por lo general en algún evento, le tengo un enorme cariño y siempre me invita a su cumpleaños. En esa ocasión me reencuentro con su hija Claudia y charlamos animadamente respecto de nuestros hijos, la vida, los viajes que hicimos y haremos y todos los tópicos que pueden desplegarse mientras degustamos las delicias gastronómicas que el festejo depara.

Todos los años encargo a Ale un obsequio original para Pety creado por sus manos mágicas: le he regalado velas diseñadas exclusivamente para ella, que Pety no enciende porque le da pena que se consuman hasta que no llega a sus manos la del cumpleaños siguiente. Este año reunió a unas treinta amigas en La Fonte D´Oro para tomar un té acompañado de toda la parafernalia gastronómica dulce y salada propia de la tradicional confitería; como obsequio, a la vela tradicional añadí una de las exclusivas Virgenes vintage que pinta Ale, todas diferentes y a las que se les pueden incorporar accesorios. Elegí para Pety la hermosísima Rosa Mística acompañada de una vela rosa y perfumada, de la colección Reinas creada por Ale en el mes de enero; un lazo rosa también perfumado cerraba el packaging preparado para Pety.

Recibió muchos regalos, uno más lindo que el otro, le cantamos “que los cumplas feliz” y hubo fotografías con las invitadas. Conversé con varias de ellas, mujeres con hijos, nietos y una vida bien vivida, radiantes y ataviadas con sus mejores galas; coincidimos con Claudia y con Silvia en que algunas conservan una piel impecable y son dueñas de una belleza que ha trascendido al tiempo. Pety lucía elegantísima con sus zapatos plateados y negros con taco cuadrado y una blusa de seda con peplum y  espalda escotada; el collar multicolor que había elegido era similar en diseño al que le obsequié a Lucía, la hija de Marisa que cumplió 19 años.

La Virgen tuvo un enorme éxito y fue observada, analizada y elogiada por las invitadas, ante la desesperación de Pety que temía que algún accidente desafortunado terminara dañando la imagen. Pero el festejo concluyó sin tropiezos y la ayudé a guardar los regalos en una enorme bolsa, colocando a la Virgen aparte y soteniéndola en mis brazos para protegerla hasta llegar al automóvil que trasladó a Pety a su hogar. Espero que haya concluído el día feliz por el afecto recibido, y que la bella Rosa Mística la proteja y le depare nuevos cumpleaños rodeada de cariño.

Yemanjá biscuit obsequio de Gisella

Bahiana & YemanjáPara agasajar a Gisella y a Mauricio, Marcela organizó una cena en su casa a la que concurrimos felices para degustar la chernia acompañada con papas y rúcula que cocinó con esmero Guillermo. La entrada, mejillones en salsa, imposibles de consumir para mi debido a la alergia a los frutos de mar; no obstante dicha contingencia fue prevista con la inclusión de trocitos de merluza fría regada por verduritas. El helado de Lucciano´s fue el postre que elegimos, siendo muy elogiado el de tiramisú, una verdadera delicia.

Gisella trajo de Ubatuba dos adorables muñequitas para Marcela y para mí que nos entregó esa noche, creadas por Michele a partir de la cerámica biscuit. Michele trabaja con Gisella y también se dedica a elaborar estas originales piezas cuyo diseño se debe a la creatividad de su autora: vale la pena recorrer el atelier virtual y asombrarse con los santitos, orixás, souvenirs y demás personajes surgidos de su buen gusto e imaginación.

Gracias a Gisella y a Michele, Marcela ha recibido la pequeña bahiana que generosamente me ha prestado para incluir en la fotografía; en mi caso he sido favorecida con la imagen de Yemanjá. Gisella conoce de la predilección que siento por esta diosa de origen yoruba, simbolizada como una hermosa mujer cuyos colores son el azul y el celeste y sus símbolos las perlas, las aguas del océano y la luna creciente. De hecho, en mi casa hay varias imágenes de la diosa, una de ellas también gentileza de Gisella.

Resulta apasionante la historia de las religiones y de los símbolos: en el caso de Yemanjá se repitió el forzado sincretismo religioso propio de algunas regiones de América del Sur, y la celebrada Señora de las Candelas de origen africano fue reconvertida en Stella Maris, la Virgen protectora de navegantes y pescadores. En Brasil, los esclavos africanos conservaron sus creencias e imágenes debido al esfuerzo y a la resistencia desplegados frente al avasallamiento de los conquistadores.

Yemanjá representa el poder de la bondad, la sanación que se encuentra en las aguas primigenias similares al útero de las que es reina y señora, y la energía creadora de la tierra proveniente de la Diosa Madre. Es una deidad compasiva y amorosa cuyo día es el 2 de febrero, fecha en que los pescadores de Salvador de Bahía arrojan al mar desde su barca velas, jabones, peines, caracoles y flores para honrarla. Porque no conviene desafiarla: basta recordar la original película “Las mujeres arriba“, en la que la historia de amor de Toninho e Isabella se encuentra condicionada por la ofrenda de Isabella a la diosa y la afrenta que Toninho le infringe a Yemanjá. En consecuencia, la imagen biscuit ocupa ahora un lugar central en mi pequeño altar hogareño.

Testeos multifrutales

Universo Garden AngelsDos veces por semana me ocupo de la piel del rostro y cuello. Tanto da que vaya a la cosmiatra, a la dermatóloga o al cuarto de baño de mi hogar; es un rito que trato de no saltear ni siquiera si estoy de viaje. Hay pequeñas miniaturas cosméticas para trasladar facilmente y no descuidarse en tierras lejanas, por ende no valen las excusas.

Esta vez he testeado la mascarilla facial rehidratante Acqua Fruit de Universo Garden Angels. Elaborada con agua termal y un complejo multifrutal, promete devolver tersura y luminosidad a la piel. Hay que utilizarla semanalmente luego de la limpieza durante diez minutos, enjuagar y después aplicar tónico y crema de noche. Tiene un dejo perfumado agradable y deja la piel suave y con una sensación de seda al tacto.

Los productos de Universo Garden Angels para la piel que he empleado en varias ocasiones me han dado buen resultado, en tanto que las fragancias sensoriales son riquísimas y perdurables. Recuerdo una de ellas, absolutamente adictiva, por la que me preguntaban cada vez que la empleaba; parecía que me había sumergido en una lluvia de vainilla y canela, dulce y persistente. Para tener en cuenta ya que es la relación precio/calidad es adecuada y conveniente.

La latita de la fotografía contiene brillo labial de Avon con sabor a grosella, parece color rojo subido a la vista pero en los labios queda con un suave tono fresa. La textura es algo densa pero humectante; si bien no soy afecta a los labiales que requieren de aplicador o de la yema del dedo en su defecto, la practicidad del envase compensa este inconveniente. Puede ser un producto adecuado para aquellas mujeres a las que no les gusta resaltar los labios, ya que se destaca el brillo sobre el color, que resulta apenas perceptible.

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